Se han incluido 60 prioritarias para su conservación, entre ellas el lirio de monte
30 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El parque natural Baixa Limia Serra do Xurés es un ejemplo de convivencia entre naturaleza y cultura y con este criterio fue seleccionado por la Xunta como el territorio o laboratorio abierto en el que llevar a cabo una investigación sobre resiliencia climática que se enmarcó en el proyecto europeo H2020Shelter. Después de cuatro años, el estudio concluyó en este 2023 poniendo de relieve la importancia de la colaboración y coordinación con las asociaciones locales para poner en marcha acciones y herramientas adecuadas.
En el proyecto participaron expertos de la Administración, investigadores universitarios, comunidades de montes y asociaciones de la zona. Tras esta investigación, se llegó al punto de determinar que la capacidad de adaptación ante los riesgos naturales pasa por la coordinación entre todos los agentes implicados. Para responder a los posibles efectos del cambio climático, hay que adoptar medidas en todas las fases del riesgo, para prevenir, en el momento en que ocurre el suceso y posteriormente, para recuperar, explican desde la Consellería de Medio Ambiente.
A corto plazo, por ejemplo, importa conservar los hábitats de interés comunitario y mejorar la conectividad de las zonas conservadas. Uno de los avances que supuso el proyecto Shelter para el territorio del Xurés fue, según destaca la consellería, que se logró «unha revolución na dixitalización do patrimonio arquitectónico e cultural». Esta recurso, utilizado con las técnicas anteriores basadas en la naturaleza, creen que permitirá aumentar la resiliencia del parque frente al cambio climático.
Uno de los efectos negativos que acarrea este fenómeno es la pérdida de biodiversidad. El cambio climático incide en la extinción de especies, aumenta la mortalidad de animales y plantas y favorece la entrada de especies invasoras. Y aunque el proyecto Shelter no se diseñó para evaluar cómo está siendo afectada la biodiversidad del parque, sí se trabajó en la creación de herramientas y soluciones para frenar los problemas del cambio climático. Por ello, las especies endémicas del Xurés estuvieron presentes.
Uno de los logros concretos del programa fue desarrollar un banco de germoplasma, que permite guardar y conservar semillas y gérmenes para utilizarlos posteriormente en proyectos de investigación o para la restauración de ecosistemas. Incluye más de 60 especies y de ellas 58 se han catalogado como prioritarias de conservación. Una de estas es el lirio del Xurés (Iris boissieri), una especie endémica de este territorio natural, que es donde mejor se conserva y que es uno de los símbolos del parque.
Según el Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España, las poblaciones de este bulbo situadas a baja altitud parecen haber desaparecido y hay un declinación generalizada de la especie, aunque en el año 2013 se halló algún ejemplar en el Monte Pindo. El Xurés es donde se encuentra en mejor estado este lirio de monte, pero ese mismo libro recomendaba su conservación en bancos de germoplasma para su reintroducción y reforzamiento. La creación de este banco dentro del proyecto Shelter permitirá hacerlo, según Medio Ambiente. Pero no solo se ha recogido el lirio de monte, sino que desde el 2020 comenzaron a recolectarse otras semillas, lo que permitió realizar ya un primer sembrado en zonas afectadas por los incendios en el año 2021. Se obtuvieron de esta manera más de 80.000 ejemplares de Betula alba, Prunus lusitanica, Querqus robur, Querqus suber y Querqus pyrenaica. Desde ese año se siguen recogiendo semillas para continuar con la paulatina reintroducción de especies y regenerar con ellas espacios del Xurés. El banco de germoplasma incluye fichas que explican cómo recolectar las semillas, cómo conservarlas y germinarlas.
El criterio para la reintroducción de estas especies viene estipulado en el marco del Plan Reitor de Uso e Xestión (PRUX), que recoge las prioridades en cuanto a la conservación de flora y fauna en riesgo de extinción.
Una de las zonas en las que ya se actuó, precisamente dentro de este proyecto Shelter, fue el Rebolar de Corvelle, donde hay una carballeira que se identificó como de alto interés por su población de robles jóvenes (Querqus pyrenaica). Allí se trabajó con técnicas de conservación. Esto sirvió, señalan en Medio Ambiente, como ejemplo para saber cómo identificar áreas en las que se necesitan intervenciones conservacionistas.
Una de las medidas para prevenir incendios y luchar contra el cambio climático en el Xurés es la reforestación como método de restauración de hábitats y creación de corredores ecológicos.
El proyecto Shelter permitió fortalecer las relaciones entre administración y asociaciones locales
El proyecto buscó ser colaborativo y 17 asociaciones y comunidades de monte radicadas en el territorio del parque natural participaron en el diseño de un plan de acción. El programa tuvo que desarrollarse durante el confinamiento por el covid-19, pero a pesar de ello desde la consellería dicen que están satisfechos con la colaboración de las asociaciones locales y del plan elaborado.
Este incluye 17 acciones, desde actividades para la educación ambiental hasta acciones para mejorar la resiliencia de hábitats de interés comunitario. El programa Shelter sirvió para «fortalecer a comunicación entre a administración e estes axentes». Así, ya hay una base de datos con los contactos de las personas de referencia de cada asociación vecinal o de comuneros del territorio del Xurés.
Porque el cambio climático pone en riesgo no solo a las especies naturales y el hábitat en el que residen las personas, sino también a elementos patrimoniales. El cambio a un clima más seco y riguroso ofrece «un escenario de maior recorrencia e severidade que derivará nun maior impacto e potencial perda de patrimonio natural e cultural», según los participantes en el proyecto. Precisamente, el parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés se eligió por estar en una zona de transición entre el clima atlántico y del mediterráneo.