Miguel Ángel Mociño, «coach» deportivo: «La gente no consigue las cosas porque no sabe lo que quiere»

OURENSE

Miguel Ángel Mociño, responsable de las escuelas deportivas municipales de Celanova, ante el pabellón de deportes de la Pedra da Moa.
Miguel Ángel Mociño, responsable de las escuelas deportivas municipales de Celanova, ante el pabellón de deportes de la Pedra da Moa. Miguel Villar

Este ex futbolista de Celanova gestiona las escuelas de base en la villa de San Rosendo

19 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel Ángel Mociño nos recibe en su oficina del pabellón de deportes Pedra da Moa de Celanova, en un intervalo de una tarde ajetreada por la preparación del Samagosto, una fiesta que llevan años organizando con gran ingenio para que disfruten los niños de las escuelas deportivas de Celanova. A la vez, desde hace unas semanas, ha tenido que asumir las riendas como entrenador del Sporting Celanova. Será su cuarta etapa en el banquillo, en el que ha estado en cuatro décadas diferentes. «La primera vez fue al salir del CD Ourense, en 1996, la segunda entre el 2003 y el 2006 y la tercera del 2010 al 2013», recapitula.

Mociño estaba a punto de irse a hacer un trabajo de coaching en el Real Irún de Fran Justo, como ya lo hizo en el CD Lugo, cuando le llamaron para entrenar al Sporting. En Lugo, tuvo la oportunidad de vivir una de las experiencias deportivas más importantes, acompañando al entrenador ourensano cuando fichó por un club profesional, por lo que agradece a Justo de forma especial su confianza. No contaba con entrenar de nuevo, pero aceptó para ayudar al Sporting, donde están jugando jóvenes que se formaron en la escuela de fútbol. Desde 1996, Mociño es el coordinador de las escuelas deportivas del Concello de Celanova y las ha visto crecer desde los dos equipos que había cuando llegó hasta el conglomerado actual, con conjuntos de fútbol en todas las categorías, fútbol sala, gimnasia rítmica, patinaje.... Conviven unos 280 niños y jóvenes de Celanova y comarca.

Cuando asumió la tarea de organizar las escuelas deportivas, su idea era que los niños pudiesen formarse deportivamente en el rural y vivir experiencias como las de los jóvenes que competían en clubes con estructuras mayores. «Yo venía de disfrutar en un equipo profesional como el Club Deportivo Ourense, de vivir experiencias como viajar, estar en un hotel. Buscamos que un niño de esta comarca tuviese la opción de tener esas vivencias sin tener que irse a la ciudad», reflexiona. Se rodeó de un equipo de técnicos jóvenes con talento y visión como Fran Justo, Javi Rey, David Sotelo, Germán Reza y de ex jugadores de Primera División, como Modesto o Tonino. «Empezamos por fútbol 8 y organizamos las categorías como en los clubes importantes. La idea era usar la competición como parte de la formación. Íbamos a torneos en Burela, Vigo, A Coruña, para que los chavales tuviesen esa sensación de sentirse importantes estando concentrados, y compitiendo», describe.

Su etapa como futbolista no fue larga, pero sí le marcó. Entró con 15 años en el juvenil de Celanova, primero como delantero; un día lo pusieron de portero y se ganó el puesto con Luis Soria como entrenador. Entonces no había entrenamientos específicos y su formación fue autodidacta. El argentino Arcángel le dio unas pautas para su posición. Tras jugar en el Sporting y en el Outomuro, surgió, a través de la familia Vilachá, la oportunidad del Club Deportivo Ourense. Estuvo en el filial, cedido en el Ribadavia, y tres años en el primer equipo, en Segunda B, alternando con el filial, y una temporada en Segunda A. «El 80 % de la plantilla era de Ourense, la época de Nando, Mugüerza, Bericat... Dejé de jugar rápido. Surgió la posibilidad de trabajar. El CD Ourense ya tenía problemas económicos y ver desde dentro el funcionamiento de aquel fútbol profesional, que poco tiene que ver con el de hoy, generaba inseguridad», comenta sobre esa transición. Empezó a entrenar, con 25 años en Preferente y se enfocó a la gestión deportiva, al deporte de base y en los últimos años al desarrollo personal o orientación a través del coaching deportivo. «Es un proceso de tomar conciencia de dónde estás y cuál es tu objetivo, cuáles son tus cualidades, tu situación y tu momento. La gente no consigue las cosas porque, en el fondo, no sabe lo que quiere o no lo tiene claro. Parece sencillo, pero hay que saber de dónde partes y adonde quieres llegar, para salvar esa brecha con un plan de acción», reflexiona.

 

«Los que destacan de mayores no son los mejores de pequeños, sino los terceros o cuartos»

Como deportista tuvo una experiencia diferente de niño a las de los críos de hoy. Eran los años ochenta y no había las oportunidades ni los medios actuales. «Tengo la suerte de hacer de mayor lo que me gustaba de pequeño. Jugábamos en el parque infantil a todo, imitando lo que veíamos, organizábamos un mini mundial de fútbol, de baloncesto cuando empezó el bum de la NBA, al Tour o hacíamos unos hoyos de golf si veíamos a Ballesteros», recuerda. Hoy, con sus hermanos, hijos y sobrinos, el ocio es deportivo.

Como formador tiene una teoría sobre quiénes llegan más lejos en el fútbol: «Los que más destacan de mayores son los terceros o cuartos de cada grupo. Con los mejores de pequeños se generan expectativas altas, se es más condescendiente y acaban por generar hábitos no tan buenos». Los demás intentan mejorar, con perseverancia, y tienen un objetivo más realista, observa. En cuanto a la relación con los padres de los niños, considera que el trato ha sido adecuado. «En 25 años no hubo un problema grave», afirma. Eso sí, tienen que buscar siempre equilibrios para que jueguen todos y más los de mayores capacidades.

EN DETALLE

Quién es. Nació el 29 de julio de 1971 en Celanova, en la calle Abaixo. Fue portero de fútbol y entrenador.

Profesión. Gestiona las escuelas deportivas de Celanova, es «coach» de clubes y deportistas.

Su rincón. El pabellón de deportes de Celanova, donde pasa la mayor parte del día.