Raquel Carrera y Paula Ginzo se proclamaron subcampeonas continentales y demostraron que los sueños deportivos de los niños ourensanos son factibles con esfuerzo y constancia
01 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Solo las frenó la selección belga, liderada por una jugadora con tablas WNBA, como Meesseman, y aún así, Raquel Carrera y Paula Ginzo nos tuvieron pegados a la televisión el pasado junio, convertidas en puntales de una competitiva selección española de baloncesto, que ilusionó a todo el país. La medalla de plata las pilló con gesto torcido, después de perder una final, pero el subcampeonato continental es, por ahora, la cúspide de dos carreras pujantes que parecen no tener techo.
En el caso de Raquel, el acceso al europeo llegó jalonado por su condición de jugadora más valiosa de la final de liga, que ganó por primera vez en su historia el Valencia Básket. No hay duda ya de la personalidad de la ourensana sobre la pista, especialista en emerger en situaciones límite, como aquellos tiros libres que le dieron a su equipo un título internacional: «Soy muy competitiva y siempre peleo por ganar. Quizás por eso en los partidos más ajustados es cuando más disfruto sobre la cancha. Y más en este equipo, en el que estoy muy a gusto, con unas grandes compañeras y un gran entrenador. Todo es más fácil así».
Paula es otra guerrera y reconoció el sabor agridulce del subcampeonto: «Es fastidiado tenerlo tan cerca. La gente te dice ‘bueno, es una plata, solo os quedasteis a cuatro’, pero es que fastidia más. Si vas perdiendo todo el partido ves que el rival es superior, pero si vas ganando 36 minutos y los últimos cuatro se te van, da mucha rabia». Se sintió contenta por el equipo y además: «Orgullosa de mí también porque no era un reto fácil». Y es que cada vez es más complicado jugar en esa rutilante selección española.