«La inteligencia artificial ayuda mucho, pero no debe sustituir a la voluntad humana»

Fernando Páez OURENSE

OURENSE

Ângelo Nunes Milhano, segundo por la izquierda, junto a otros ponentes del congreso
Ângelo Nunes Milhano, segundo por la izquierda, junto a otros ponentes del congreso cedida

El filósofo e investigador Ângelo Nunes Milhano analizó en el campus de Ourense los retos de la relación entre los humanos y la tecnología

26 abr 2024 . Actualizado a las 20:46 h.

La tecnología no solo ha modificado la forma de relacionarnos con nuestro entorno, también ha cambiado la forma en que vemos el mundo. Lo más novedoso en el ecosistema digital es la inteligencia artificial, que ha llegado para acompañarnos e intentar facilitar miles de tareas tanto cotidianas como profesionales. El filósofo Ângelo Nunes Milano, que participó en el primer Congreso Internacional sobre las Diferencias, Filosofía, Cultura y Educación que se celebró en el campus de Ourense alertó de que la relación entre la IA y las personas «puede ser muy familiar y transparente, o llegar al punto de que el ser humano deje de ser creativo y de pensar». «Corremos el riesgo de dejar de pensar como seres humanos y empezar a pensar de forma tecnológica como hacen las máquinas», añade Nunes Milhano sobre cómo está evolucionando esa relación entre las personas y la tecnología.

El filósofo opina que los medios técnicos que nos rodean «ya están tomando por nosotros muchas de las decisiones que nos competen, o por lo menos son un factor determinante en el resultado de las mismas». «Es cierto que no suplen en su totalidad nuestra voluntad, pero en la medida en que nos facilitan y resuelven nuestros problemas diarios cada vez nos dejamos llevar más por su criterio. La inteligencia artificial ayuda a hacernos la vida mas fácil, pero nunca debe sustituir la voluntad humana», remarca el investigador.

Milhano pone el foco en los peligros presentes de nuestra intercomunicación con las nuevas tecnologías «Se esta utilizando la interfaz de la tecnología para resolver problemas que realmente no deberían dejarse a su decisión, sino que deben ser revisados y evaluados por el ser humano», dice. Pone como ejemplo de lo expuesto que a día de hoy se esta utilizando la tecnología en trabajos creativos de peso para la intercomunicación entre las personas. El caso de ChatGPT como difusor de información que polariza la opinión de las personas sería una de las más destacadas, a su juicio. «Esta aplicación calcula palabras y las une mediante un algoritmo determinado, pero en conjunto el sentido de la comunicación puede dar lugar a muchas interpretaciones», asegura. La parte positiva, según el filósofo, es el apoyo psicológico que pueden dar a personas que viven solas «ayudándoles a sentirse más acompañadas».

Ângelo Nunes advierte que, a futuro, el principal peligro al que hay que estar atento es la pérdida de la creatividad, dejando estas competencias propias de la expresión humana a criterio y ejecución de la tecnología. «Podría malograrse el constante cultivo en sus disciplinas de los artistas y la devaluación del arte por consumismo barato y fácil acceso. Se llegaría a considerar como buenos contenidos que tienen cada vez menor calidad». Otro riesgo que apunta sería «la pérdida de empleos por la automatización de procesos de producción en la industria y servicios».