Premian a un grupo de alumnas del instituto Blanco Amor por una investigación sobre redes neuronales que aplicaron al mercado bursátil

NOA IGLESIAS OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Aroa Álvarez, Natalia Fernández, Andrea Dapena y Alba Quintas, ganadoras del premio a mejor proyecto STEMBach.
Aroa Álvarez, Natalia Fernández, Andrea Dapena y Alba Quintas, ganadoras del premio a mejor proyecto STEMBach. MIGUEL VILLAR

Cuatro estudiantes del centro educativo ourensano que cursaron el Bachillerato de Excelencia en Ciencias y Tecnología recibieron un galardón por parte de la Xunta

13 jul 2024 . Actualizado a las 10:36 h.

Aroa Álvarez, Andrea Dapena, Natalia Fernández y Alba Quintas, alumnas del instituto ourensano Eduardo Blanco Amor, han ganado un premio del Gobierno gallego por su proyecto de investigación del Bachillerato de Excelencia en Ciencias y Tecnología (STEMBach). El trabajo «Tipos de redes neuronales: fundamentos teóricos y aplicaciones» ha quedado entre los tres mejores de Galicia, y sus autoras, alumnas de brillante expediente académico, invirtieron año y medio en esta investigación.

Las jóvenes han sabido cómo destacar entre los 61 proyectos presentados por estudiantes gallegos en el marco del programa STEMBach, de los cuales tan solo nueve llegaron a ser defendidos ante un jurado. De esas nueve presentaciones, el comité evaluó criterios como la puntuación alcanzada en la fase preliminar, la estructura y la organización de la exposición, y seleccionó los tres mejores proyectos de investigación, entre los que se encuentra el de las ourensanas. «Cuando nos lo dijeron no nos lo creíamos», comentaba Alba emocionada, alegando que se habían olvidado de estar pendientes de los trabajos ganadores debido al ajetreo que supusu el fin de curso y la preparación para la ABAU. Cuenta que no iban con demasiadas expectativas: «Nunca sabes lo que te vas a encontrar allí, todos los trabajos son muy buenos. Cuando ganamos fue muy guay». 

Los tres grupos ganadores, íntegramente formados por mujeres viajarán, a modo de premio a la feria SciFest de Dublín, en Irlanda, que promueve la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) a través de un foro para que los estudiantes presenten sus proyectos científicos. A las ourensanas esto las ha pillado por sorpresa. «En principio creíamos que el premio sería una acreditación o un diploma», relataba el tutor del proyecto Carlos Ferreiro. «El simple hecho de ganar ya nos había emocionado pero cuando confirmaron que el premio era ese fue como ¿qué?», explicaba Alba. Creen que presentar su investigación en esta feria es una oportunidad para conocer los trabajos de jóvenes de todo el mundo con la misma pasión que ellas: la ciencia. Además, trabajan en mejorarlo para poder presentar en Dublín una versión más avanzada y, si se da la posibilidad, exponerlo en otras ferias o convenciones.

Para llevar a término la investigación, las alumnas del Blanco Amor realizaron prácticas con la finalidad de conocer las aplicaciones reales de la ciencia y de la técnica y, a su vez, adquirir una formación actualizada y estimulante para los futuros estudios universitarios que cursarán, que serán un grado en informática, en el caso de Aroa, Andrea y Alba, y en arquitectura, en el de Natalia. Las chicas eligieron el tema de las redes neuronales por su pasión por la informática y la inteligencia artificial. Para elaborar el proyecto realizaron dos aplicaciones de las redes neuronales, en primer lugar, trabajaron con la  identificación de dígitos, eligieron una serie de números para que la red neuronal detectara de cual se trataba, consiguiendo el resultado esperado «después de un largo proceso de prueba-error». Pero no se querían quedar ahí, por ello crearon otra red neuronal y llevaron a cabo una segunda aplicación, en este caso sobre la bolsa, haciendo predicciones de los valores de las acciones en el mercado bursátil. Tomaron como ejemplo la empresa gallega Inditex y entrenaron a la red neuronal con los datos hasta el año 2022. A partir de ahí, predijeron el año 2023 e hicieron una propuesta para el 2024. Finalmente, implementaron todo esto en una web para poder mostrar de manera sencilla el resultado de su trabajo. «Y ese fue el mayor reto, porque no estamos acostumbradas a programar tanto», decía Andrea.