El Barbadás se quedó sin premio ante el Arousa en el epílogo de Os Carrís (1-2)

El Arousa era un visitante de enjundia en A Valenzá y el por eso la Unión Deportiva Barbadás presumía que tendría que esforzarse a fondo, pero el fútbol fue demasiado cruel con el cuadro de Juanjo Vilachá, que después de adelantarse en el marcador, vio como el empate se esfumaba en el período de prolongación: 1-2.

Se activaron pronto los azulones y anularon la pólvora de un Arousa que dispone de soluciones variadas en ataque. La formación dirigida por Míchel Alonso no lograba encontrar su referente en punta, Rivera y el ordenado conjunto local incluso sacaba partido de acciones que igualaban el juego, como son las de estrategia. Así, en un lanzamiento de esquina, Ribao le ganó la partida a sus pares y adelantó a los de casa con el primer gol de la tarde, que animó a toda la parroquia local.

El Barbadás había llevado el partido a donde más le convenía y su rival estaba aturdido por esa anotación. Así Edu provocó una incursión peligrosa, que fue seguida del remate del artillero Gabi, que desvió Álex Vila con una buena estirada.

Los arousanos se recompusieron poco a poco y volvieron a aproximarse al área de Borja Atanes. Allí le caía a los pies un balón a Iñaki Martínez en la media luna y el talentoso jugador visitante puso el esférico lejos del alcance del guardameta. El gol fue un golpe para los anfitriones, a la vez que reflotaba a los arousanos, que llegaron con el marcador nuevamente nivelado al descanso.

La contienda se trabó aún más después del paso por los vestuarios. El Barbadás seguía muy bien organizado, sellando las vías de entrada de un Arousa que tampoco permitía licencias en su parcela defensiva. Cuando ambos técnicos fueron refrescando sus respectivas formaciones, aparecieron espacios que no había minutos antes. Gabi creció en compañía de Fer y los dos avanzados crearon mayores problemas a la retaguardia visitante, que se mostró firme, como su portero en última instancia. El balón no entró en esos minutos más abiertos y los contendientes parecían dispuestos a firmar el pacto de no agresión en los últimos minutos, pero Bouzada sacó petróleo de una incursión en el área que selló con astucia, batiendo a Borja. Un golpe definitivo, sin tiempo para una reacción que evitara la derrota.

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