Los nacimientos cayeron un 32 % en la última década en Ourense

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Sarela en brazos de su madre Montserrat, junto a su padre Santiago y su hermano Xián
Sarela en brazos de su madre Montserrat, junto a su padre Santiago y su hermano Xián Santi M. Amil

El año pasado nacieron en el CHUO 1.056 bebés, once de ellos en partos múltiples

02 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La curva de la natalidad sigue cayendo en picado en la provincia de Ourense y los datos de nacimientos en el CHUO ya reflejan un descenso del 32 % en la última década. El repunte que se registró en el 2023, en el que hubo 32 partos más que en el año precedente, hizo albergar algunas esperanzas sobre un cambio de tendencia asociado al fenómeno migratorio y la llegada de familias jóvenes procedentes sobre todo de Latinoamérica. Pero se ha quedado en un espejismo.

El 2024 acaba de cerrarse con 1.056 alumbramientos en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense. Son 59 menos que en el ejercicio precedente y supone una pérdida de casi medio millar con respecto al 2014. Aquel año la provincia dio la bienvenida a 1.550 bebés. La cifra puede parecer hoy envidiable pero ya entonces estaba lejos de los que se registraban a finales de los 90, cuando se daba la bienvenida a más de dos mil nuevos ourensanos por año.

Por lo que respecta al que acaba de terminar, el principal centro hospitalario de referencia de la provincia atendió en concreto 494 partos menos que hace una década, pasando de una media que superaba los cuatro al día a menos de tres (2,89). En los dos hospitales comarcales que atienden al resto de la población ourensana el panorama no es mucho mejor. En el de O Barco de Valdeorras, que asume las comarcas del oriente ourensano, nacieron el pasado año 108 bebés y en el de Verín registraron a 72.

En el último decenio también se ha reducido considerablemente la cifra de partos múltiples. En el año que acaba de terminar fueron nueve de gemelos y dos de trillizos. En el 2014 hubo 31 alumbramientos gemelares. Durante el año pasado, mayo fue el mes con mejores datos. Se dio la bienvenida a un centenar de bebés en el CHUO. Le siguen agosto, con 97 nacimientos; septiembre, con 96; enero, con 95 y octubre con 90.

Lo que no ha cambiado prácticamente nada en la última década es el porcentaje de niños y niñas que vienen al mundo en la provincia. Siguen naciendo más varones que mujeres y aunque en el 2017 esa diferencia superó los ocho puntos (ellos protagonizaron el 50,48 % de los nacimientos), lo cierto es que las diferencias entre ambos sexos suelen ser mínimas en la provincia ourensana. El último ejercicio quedó en un 50,48 %. Pese a ello, quiso la casualidad que tanto en la despedida del 2024 como en el estreno del 2025 ellas fuesen las protagonistas en Ourense.

Sarela fue la última bebé del año. Aunque sus padres no la esperaban hasta el día 10 de enero. Pero Montserrat Nogueira rompió aguas a las cuatro de la madrugada del último día del año y el alumbramiento se produjo a las 23.34 horas. Consecuentemente, sus padres se perdieron las campanadas, aunque Santiago Vázquez dice que tampoco les importó demasiado. «Preguntáronnos despois si queriamos facelo coa hora canaria, pero dixemos que non porque a verdade é que tampouco somos moito de uvas», narra este comerciante carballiñés de 39 años que avanza que con Sarela se cierra el grifo. Montserrat Nogueira y él son padres de otro niño, Xián, de siete años.

El pequeño ha recibido a su hermana más que encantado y fue de los primeros en visitarla en persona, aunque ya le había visto la cara antes. «Fixemos unha videochamada dende o mesmo paritorio para que a vira porque facíalle moitísima ilusión esta irmá», explica su padre. De esa alegría da buena muestra la expresión del pequeño cuando la vio a través de la pantalla: «Díxonos que estaba borracho de felicidade», recuerda Santiago.

Tampoco se tomaron las uvas los padres de Aroa, la niña que estrenó el 2025 y que es además la primera hija para Raquel Fernández y Alejandro Gayoso. Quiso la casualidad que las dos mujeres que mantuvieron ocupado el servicio en esa noche de cambio de año fuesen de la rama sanitaria, ya que Montserrat es auxiliar de clínica y Raquel, enfermera. La primera ejerce en el sector privado, la segunda trabaja para el Sergas en el propio CHUO.

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