Un ourensano alegó que su mujer tenía una urgencia médica para librarse de una condena por ir sin carné de conducir

m. v OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Juzgados de Ourense.
Juzgados de Ourense. MIGUEL VILLAR

Tenía cuatro sentencias condenatorias previas por ir al volante tras haber perdido el permiso al quedarse sin puntos

25 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Con cuatro condenas previas por conducir sin carné, tras haber perdido todos los puntos y no haber superado el curso para recuperarlos, el pasado 5 de febrero un hombre se puso al volante de su furgoneta. Su mujer, que tenía el permiso vigente, iba de acompañante cuando, poco después de las cinco y media de la tarde, los pararon los agentes de la Guardia Civil a la altura del kilómetro 24 de la carretera N-541, en el término municipal de Maside.

Los uniformados le pidieron la documentación al hombre que iba al volante, que resultó ser Mateo M. B. Al comprobar sus datos, descubrieron que llevaba tres años sin carné y que en ese tiempo había sido sancionado penalmente en cuatro ocasiones, por lo que realizaron un atestado que enviaron al juzgado de forma urgente. Ahora el investigado, de 30 años, acaba de recibir su quinta condena, que será mucho más severa que las anteriores. Y es que ante el «nulo efecto disuasorio» que han tenido las penas de multa y trabajos en beneficio de la comunidad que se le han impuesto previamente, la magistrada opta ahora por la de cárcel. El infractor reincidente quedará privado de libertad durante seis meses, si bien aún puede presentar recurso ante la Audiencia Provincial de Ourense.

Y es que la magistrada encargada de juzgar este caso no ha considerado viable como argumento exculpatorio el motivo que puso sobre la mesa el acusado. No negó que hubiera conducido el día de los hechos —sería complicado que lo hiciera porque fue visto por los agentes— pero sí alegó una «causa de fuerza mayor». Dijo que su mujer había empezado a encontrarse muy mal y que tuvo que llevarla de forma urgente al centro médico de O Carballiño, siendo en ese momento cuando los interceptó la Guardia Civil.

La titular del Juzgado de lo Penal dos de la capital ourensana no pone en duda que se dirigieran a una instalación sanitaria, porque se acreditó que la mujer del acusado fue atendida aquella misma tarde. Lo que no se ha probado es la situación fuera de tal urgencia que precisara la comisión de un delito vial. «Cabían al acusado otras alternativas para solventar esa situación que no supusiesen infringir la ley, tales como avisar a otros familiares o amigos o incluso avisar a una ambulancia», argumenta Susana Pazos. Y es que además la presunta enferma se negó a abandonar a su marido cuando, tras pararlos los uniformados, unos parientes acudieron para recoger a los niños que viajaban con el matrimonio. «Estuvo tranquila mientras se practicaban las diligencias», contó en el juicio uno de los funcionarios del instituto armado, que aseguró que no advirtió que ella se encontrase indispuesta. A mayores, consta en el expediente otra prueba irrefutable de que la enfermedad no revestía gravedad, si es que existía. La mujer del acusado fue a un PAC, siendo atendida a las 18.58 horas de aquella misma tarde. Dos minutos después ya estaba saliendo de las instalaciones sanitarias. Esto descarta, a juicio de la togada, la posibilidad de considerar que hubiera gravedad alguna en la situación en la que se encontraba.

Lo aparta de la carretera

«No contamos con ningún dato objetivo que nos permita considerar avalado el relato de la defensa», concluye la ponente, que no creyó al acusado cuando dijo que, teniendo su mujer permiso de conducir en vigor, él no se hubiera atrevido a conducir de no ser por una emergencia. Queda claro que mintió. «En ocasiones anteriores en que el acusado fue interceptado por los agentes, su mujer tenía permiso de conducir, y aún así decidió ser él quien iba al volante», razona. Ante ese desprecio más que probado por atenerse a las normas viales, la jueza cree que lo mejor será apartarlo de la carretera, por lo que acuerda enviarlo a prisión.