
Qué difícil es competir cuando las bajas son tan notorias y el equipo contrario se juega la vida. El Club Ourense Baloncesto cayó (quizá producto del cansancio acumulado por el esfuerzo de Palencia), con merecimiento ante un Cantabria que fue mejor.
Ni el excelente rendimiento del nuevo fichaje ni la excelsa primera parte de Krikke fueron suficientes para frenar a un rival herido, con ganas de demostrar que tienen hueco en esta impredecible y preciosa Primera FEB.
El COB, sin fondo de armario y con el depósito vacío, lo intentó como en el 90% de las derrotas, pero no fue suficiente. Sin el acierto del miércoles y con bastante previsibilidad, el conjunto ourensano fue disolviéndose poco a poco hasta terminar a merced de un rival que tuvo al siempre irregular Bulic como referente.
Lo peor de la derrota, el ver como casi de manera definitiva el play off se desvanece y lo que en diciembre parecía una bonita historia de amor ha terminado pareciéndose más a una telenovela turca en la que los giros de guion lo convierten en un poco estrafalaria.