Culpa a su exnovio de la cocaína que la Guardia Civil encontró en su coche en O Carballiño: «Él nunca me perdonó que lo hubiera denunciado»

m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Shirley V. V. M., en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Ourense.
Shirley V. V. M., en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Ourense. Santi M. Amil

La Fiscalía de Ourense reclama para la acusada, que fue juzgada en la Audiencia, una pena de cinco años de prisión

27 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta cinco años de prisión o su expulsión del país es la condena a la que se enfrenta Shirley V. V. M., una mujer venezolana residente en O Carballiño que, según la Fiscalía de Ourense, utilizaba el domicilio en el que convivía con su madre y con su hijo para traficar con droga al menudeo.

Ella niega que la cocaína que la Guardia Civil encontró en su coche el 12 de julio del 2023 fuera suya. Atribuye a su exnovio, drogodependiente y con el que mantenía una relación «tóxica» la presencia de la sustancia en su automóvil. La interceptaron en la N-541 cuando, según su relato, volvía de Sanxenxo, de un hotel en el que habían quedado alojados su madre y su hijo, mientras que ella volvió para continuar un curso de formación. La Guardia Civil, en cambio, cree que ese era uno más de los desplazamientos que, cada quince días, hacía a Pontevedra para adquirir la droga que luego vendía en su casa. Después de pararla en la avenida del Balneario de O Carballiño, registraron su coche en el cuartel del instituto armado y en la parte trasera del asiento del copiloto hallaron una bolsa que contenía 43,481 gramos de cocaína, de una pureza de más del 82 %.

En el registro de su casa, se encontraron otras sustancias, como metadona y hachís, una báscula de precisión guardada en la cómoda del dormitorio de la joven, ocho envoltorios con dosis de cocaína (más de once gramos) y bajo el canapé de la cama y casi sesenta tabletas con diferentes números de pastillas.

¿Quién avisó a la Guardia Civil de que ella llevaría esa sustancia en el coche ese día? Según la tesis de la defensa, pudo ser el exnovio de la acusada, movido por un ánimo de venganza después de que ella lo hubiese denunciado por violencia de género. En el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Ourense, ella aseguró que su expareja le había cogido el coche varias veces para ir a comprar droga a Covadonga y que la última vez fue el 9 de julio, días antes de la detención. Esa tarde discutieron y rompieron definitivamente, dijo ella. Su línea de defensa es que el ex la delató a la Guardia Civil por venganza. «Él nunca me perdonó que lo hubiera denunciado. Dijo que su vida se iba a pique», explicó la acusada. Aseguró que recibió amenazas del exnovio, en las que este la avisaba de que iba a salir «salpicada» y que su piso iba a estar vigilado. «Jugaba con mi estabilidad emocional», añadió la mujer.

Contestó que nunca había visto la báscula que apareció en su habitación —a pesar de que, como le recordó la fiscal, en la misma cómoda se guardaban útiles como un secador o una plancha del pelo— como tampoco las dosis de cocaína guardadas en un estuche de costura.

Los 400 euros que se encontraron, en billetes de cien, procedían de la ayuda familiar que ella cobraba. Y las pastillas las tenía pautadas para un tratamiento psicológico. Cuestionada por la fiscala por la acumulación de tantas tabletas, señaló que las retiraba de la farmacia, pero no necesitaba medicarse cada día. La acusación pública sostiene que las usaba para cortar la cocaína.

Los agentes de la Guardia Civil que la investigaron y detuvieron corroboraron que veían a consumidores saliendo del edificio.

La acusada dijo que el exnovio convivía con ella, por temporadas, algo que este negó, al igual que los guardias que vigilaron la casa. Este testigo afirmó primero que no recordaba las palabras en las que la avisaba de que saldría salpicada. Cuando se reprodujeron en la sala audios con estas manifestaciones, lo reconoció. «Dije eso porque ella se dedicaba al tráfico de drogas», afirmó. Reconoció que la metadona y el hachís que había en el piso eran suyos, pero no así la cocaína ni la báscula.

La madre de la procesada no aclaró por qué su hija cerraba su habitación con llave y tenía cámaras en este cuarto.

La fiscala puntualizó en su informe que el exnovio cogió el coche de ella cinco días antes de la detención y que no parecía propio de un consumidor de drogas enganchado dejar tanto tiempo casi 50 gramos de droga en ese lugar. La Fiscalía considera que el tribunal debe apreciar la circunstancia de reincidiencia porque la acusada ya fue condenada por un delito de drogas en el 2019 y solicita su expulsión porque observa que su arraigo en España es «solo para delinquir».

La defensa incidió en que no se comprobó de qué piso salían los consumidores y que no se acreditó que la acusada se dedicase a la venta de droga, pues no había huellas de ella en lo incautado. La abogada planteó que hay una duda razonable sobre la animadversión del exnovio hacia a la acusada.