«Mi hija quiso que donase mi riñón a su padre porque para cuando lo necesite ella, igual ya no sirve»

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Leire donó un riñón a su marido José Miguel
Leire donó un riñón a su marido José Miguel

Las donaciones en vivo tienen más posibilidad de éxito, pero apenas representan el 40 % de los órganos trasplantados

05 jun 2025 . Actualizado a las 10:31 h.

Hace dos años que Leire Ferreira donó un riñón a su marido José Miguel Rodríguez. «En cuanto nos enteramos pregunté si podía ser yo la donante. Me dijeron que no había problemas, si pasaba unas pruebas. No éramos compatibles, pero podía hacerse. Él no quería, pero soy muy cabezona», recuerda esta ourensana de 44 años que trabaja en una fábrica de piezas para aviones en el polígono de San Cibrao. Asegura que volvería a hacerlo sin ningún género de dudas. «Nunca tuve ningún tipo de miedo, ni se me ocurrió ponerme a pensar qué pasaría en el futuro si me falla el mío. Yo creo que no puedes pensar en esas cosas porque es absurdo. Te puedes morir mañana», razona.

José Luis tenía una poliquistosis renal, una enfermedad hereditaria que padecen varios miembros de su familia y que también tiene la hija del matrimonio. Cuando se le pregunta si no se cuestionó guardar ese riñón para su descendiente, Leire explica que lo hablaron en familia y su hija estuvo de acuerdo: «Ella aún tiene un filtrado del 95 %. Quiso que se lo donara a su padre, porque igual para cuando lo necesite ella, ya no sirve porque yo ya sea muy mayor» razona.

Precisamente a las donaciones en vida se dedicó este año la jornada del Día Mundial del Donante que la Federación Alcer Galicia en colaboración con la asociación ourensana y la gerencia sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras. En ella participaron la coordinadora de la Unidad de trasplantes del CHUO, Estefanía Prol; la trabajadora social de la asociación, Montse Blanco, y el nefrólogo Alfonso Iglesias que recordó que lo de donar en vivo no es una ocurrencia moderna. «El primer trasplante de riñón lo realizó Joseph Murray en 1954 y fue entre dos hermanos gemelos univitelinos, lo que permitió que obviaran el rechazo porque aseguró la compatibilidad», contó. A finales de la década de los 70 los avances científicos ayudaron a disparar los trasplantes con órganos procedentes de cadáveres y los realizados entre vivos pasaron a un segundo plano. Sin embargo, en los últimos tiempos se está potenciando esa opción y ahora mismo representan el 40 % del total. El objetivo es que siga creciendo ya que los resultados de la intervención son mejores y las tasas de éxito superiores. De hecho alcanzan el 90 %. Entre las ventajas está el tiempo entre que el órgano sale de un cuerpo y se injerta en otro. «Entre vivos puede ser dos horas a lo sumo, mientras que en el otro caso puede tener que esperar en torno a las 20 de media, desde que sobreviene la muerte cerebral», recordó Iglesias.

Un momento de la intervención del nefrólogo Alfonso Iglesias
Un momento de la intervención del nefrólogo Alfonso Iglesias MIGUEL VILLAR

 El hecho de que la mayoría de los donantes vivos sean familiares es otra ventaja para la compatibilidad. También suma que sean intervenciones programadas, con estudios previos y con la posibilidad de empezar días antes de la operación con los tratamientos inmunodepresores que reducen la posibilidad de rechazo incluso en los casos sin compatibilidad. Hay cesiones entre personas sin vínculos de sangre (generalmente matrimonios) pero la mayoría son de padres a hijos —es menos habitual a la inversa— o entre hermanos o primos. También es más frecuente que las donaciones sean de mujeres a hombres que viceversa. La estadística dice que ellos son mucho más reacios a dar el paso.

La cita reunió a miembros de la asociación Alcer con los profesionales de Nefrología y la Unidad de Trasplantes del CHUO
La cita reunió a miembros de la asociación Alcer con los profesionales de Nefrología y la Unidad de Trasplantes del CHUO

Por encima de la media

La celebración del Día del Donante sirvió también para contrastar, una vez más, la solidaridad de los ourensanos. El año pasado, la decisión de 21 personas y sus familias de donar órganos hizo posible que 68 pacientes tuvieran una segunda oportunidad. Aunque la cifra puede parecer poco significativa, supone no solo la mejor tasa histórica de la provincia —que alcanza los 69 donantes por millón de habitantes—, sino colocarse por encima de la media tanto gallega (50,7) como española (52,6).

Lo cierto es que la donación de órganos en Ourense está en constante crecimiento. En el 2018 se registraron solo tres donantes, en el 2021 fueron once y hace dos años ya hubo diecinueve. Con los 21 del pasado año, el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense se convirtió en el tercer centro —por detrás de los de Santiago y A Coruña—, con más donantes. El CHUO también destaca en el registro de tejidos. Es el segundo en Galicia en córneas. El año pasado tuvieron 67 donantes ourensanos que facilitaron ese órgano. Con ellos se realización 34 trasplantes a otros vecinos de la provincia y el resto se envió al banco de tejidos. Además, se ha trasplantado membrana amniótica, tejido osteotendinoso y hematopoyético en el propio hospital, algo que, según destaca la gerencia sanitaria, amplía significativamente las posibilidades de mejora para numerosos pacientes.

El equipo de la Unidad de coordinación de Trasplantes de Ourense participó en la jornada informativa
El equipo de la Unidad de coordinación de Trasplantes de Ourense participó en la jornada informativa

Un 61 % de las donaciones se realizaron mediante la técnica de donación en asistolia controlada —tras fallecimiento cerebral—. Durante el acto celebrado este miércoles en el CHUO también se puso en valor la colaboración con asociaciones de pacientes para divulgar la donación de órganos y reducir los episodios de negativas familiares que en ocasiones aparecen. En el último año solo se produjeron cuatro casos.