«El piloto automático es hasta cierto punto normal, salvo que se convierta en un hábito», señala esta periodista y «coach» que vivió un trasplante de corazón de su hijo, 137 días de hospital que le pasaron la factura de un estrés que supo cómo afrontar. Hoy ayuda a otros a gestionarlo. Desde el estrés de conducir o «amaxofobia» a la «sisifemia», que es lo que sufre el trabajador incansable, o el «síndrome de la rana hervida».
ana abelenda