Luis Zahera: «Son fanático das termas do Muíño. Teredes que abrilas fóra da lei»

M. Rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Luis Zahera, en el pregón de las fiestas de Ourense.
Luis Zahera, en el pregón de las fiestas de Ourense. Santi M. Amil

El intérprete compostelano ofreció el pregón de las fiestas de Ourense  y reclamó la apertura de las pozas de agua caliente

19 jun 2025 . Actualizado a las 00:21 h.

La primera vez que Luis Zahera vino a Ourense, con ocho años (hoy tiene 59, confesó), quedó «pampo» al ver el agua hirviente de las Burgas y lo que le pareció un ritual de los indios de una película de vaqueros: cómo las mujeres desplumaban allí las gallinas. Medio siglo después, el actor compostelano que triunfa interpretando tantos papeles de villano, dio el pregón de las fiestas de la ciudad y conminó a los vecinos (y a las autoridades) a solucionar el problema de las pozas termales. «Son fanático das termas do Muíño. Eu, como personaxe de ficción, actuei fóra da lei e foime ben. Teredes que abrir as termas fóra da lei», aventuró. O quizás sea Julio Iglesias, próximo vecino de Piñor, el que lo venga a solucionar, apuntó.

Las referencias al programa «Luar», en el que Zahera colaboró veinte años, y a su condición de gafe —el inicio del pregón se retrasó por un problema con una manguera— condimentaron las anécdotas que fue contando el ganador de un goya.

El calor intenso de Ourense no molesta al pregonero. Dijo que lo prefiere al frío que pasó en su infancia en Santiago, donde tenía que ir tapado por un pasamontañas que lo aislaba del mundo. Lo dijo en uno de los días más calurosos del año. Al caer la noche, bajaron las temperaturas y los ourensanos se animaron a acercarse al entorno del puente romano, donde ya está instalado el mercado medieval, y a escuchar al famoso Zahera, que compartió selfis con su público.

El actor recordó que creció en una casa en la que mandaban las mujeres. Él es el menor de cuatro hermanas y estas le indujeron a creer —cuando volvió de Ourense fascinado por las Burgas y las gallinas desplumadas— que había estado en el extranjero. Se quiso lucir al día siguiente en el inicio del curso escolar como uno de los dos del medio centenar de alumnos que habían estado fuera del país y solo obtuvo burlas cuando gritó que su estancia en un país foráneo había sido en Ourense.

Terminó su rosario de anécdotas Luis Zahera pidiendo de nuevo que la ciudad recupere su condición termal.