
Los ourensanos celebraron sus bodas de diamante rodeados de su familia
06 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Antonio Araújo y Carmen López se casaron el 4 de julio de 1965. Seis décadas después siguen compartiendo la vida, con salud, y ya con bisnietos que son la alegría de su casa. Los ourensanos celebraron este sábado en la iglesia de San Miguel de Canedo sus bodas de diamante rodeados de su familia. «¡El secreto es la paciencia!», confesaba Carmen.
El férreo matrimonio vive junto a la iglesia en la que este sábado rememoraron su primera boda, pero es ella la nativa de la zona. Antes de residir en en la zona de Quintela, fueron vecinos en A Ponte y así fue como se conocieron. Son del mismo año, de 1940, aunque él de enero y ella de diciembre. Cuando eran jóvenes, las mujeres iban a ver a los chicos jugar el fútbol: «Era la diversión que teníamos». Antonio jugaba en un antiguo campo en la zona de las termas y como ambos vivían cerca en A Ponte iban juntos caminando. «No había autobús así que así empezamos a hablar y aquí seguimos», recuerda Carmen. Empezaron a ser novios a los 22 años y a los 25 se casaron. Resistieron desde el principio a obstáculos como la distancia, ya que Antonio tuvo que irse a Francia a trabajar varios años para ganar para la boda. «Si él tenía poco, yo menos», bromea Carmen.

Regresó, se casaron, y volvió otro año más al país vecino. «¡Y lo aguantamos!», celebran a los 85 años. Ella como ama de casa y él como trabajador del sector de la madera formaron una familia juntos con una hija que ahora se amplió a una nieta y dos bisnietos. Para haber superado más de sesenta años juntos, su secreto es aguantar y tener paciencia. «Cuando estás de novio es fácil, la convivencia lo complica pero hay que entenderse», cuenta Carmen. A ella le gusta de su marido lo bueno que es y él no se queda corto: «¡A mí de ella me gusta todo!». Sobre todo, que tenga carácter. Las bodas de plata las pasaron por alto pero las de oro ya tuvieron su celebración. A los sesenta años de matrimonio pudieron festejarlo con su familia, que los sorprendió a la salida de la iglesia con confeti y después una comida todos juntos.