Hace 30 años una cena intoxicada ponía en jaque a los ciclistas de la Vuelta a España

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Algunos ciclistas tras detenerse en la carrera por los efectos de la intoxicación
Algunos ciclistas tras detenerse en la carrera por los efectos de la intoxicación Mondelo

Los corredores de siete equipos tomaron comida en mal estado en Ourense tras la quinta etapa de la ronda

14 sep 2025 . Actualizado a las 11:54 h.

 La Vuelta a España de 1995 quedó marcada por un episodio insólito que convirtió la competición en un calvario para los deportistas y puso en jaque a organizadores, responsables de equipos y autoridades sanitarias de la provincia.

Decenas de personas sufrieron una intoxicación alimentaria en la cena servida en Ourense el 7 de septiembre, lo que generó un incidente de gran magnitud en el pelotón pero también una crisis de imagen para la provincia, cuyo nombre apareció vinculado durante días a este problema de salud en los medios de comunicación a nivel nacional e incluso internacional.

Aquel jueves la caravana ciclista llegaba a Ourense tras disputar la quinta etapa de la ronda, que había partido de A Coruña. La jornada había finalizado en la ciudad de As Burgas tras recorrer los ciclistas 180 kilómetros. Los equipos se alojaron en distintos hoteles de la ciudad, entre ellos, el Auriense, en O Cumial. Allí cenaron al menos siete de las formaciones deportivas. Horas más tarde, los ciclistas —entre otros profesionales desplazados a Galicia por la Vuelta— comenzaron a sufrir vómitos, diarreas, fiebre y deshidratación. Pero la carrera no paraba. Tenían que subirse de nuevo a la bici.

La gravedad del brote hizo que la carrera —lenta y desordenada— se articulara en torno a dos bloques, uno de ellos integrados por los corredores que se encontraban más débiles. Y es que la jornada en la que los síntomas eran más notables tuvieron que hacer, nada más y nada menos, que 264 kilómetros hasta Zamora. Ganó el italiano Minali, en una etapa en la que hubo todavía más incidentes como una caída que afectó, entre, otros al suizo Alex Zulle.

Y por si fuera poco al día siguiente, todavía afectados muchos de los integrantes del pelotón, debían disputar la contrarreloj en Salamanca en la que, por cierto, se impuso Abraham Olano.

«Todo apunta a que una tarta o unos espaguettis a la boloñesa sean el origen de la intoxicación que afectó seriamente a la mayor parte del pelotón. El recorrido de Orense a Zamora estuvo punteado por las incontables paradas de los ciclistas, que se vieron obligados a realizar sus necesidades fisiológicas en plena carrera, en medio del campo. La azarosa etapa tuvo como corolario una caída a dos kilómetros de la llegada». Así sintetizaba lo sucedido La Voz de Galicia en su edición del día 9 de septiembre. Hubo quien dio en referirse a la de aquel día como «la etapa del papel», por las veces que los deportistas se acercaban a los coches de sus equipos para pedirlo ante la necesidad de evacuar en la misma cuneta.

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El episodio obligó a reforzar la asistencia médica en la carrera. Se multiplicó la presencia de ambulancias durante las siguientes etapas. Por otro lado, las autoridades sanitarias gallegas iniciaron una investigación para determinar las causas del brote.

La Vuelta de 1995 pasó a la historia no solo por la victoria final de Laurent Jalabert, sino por el recuerdo imborrable de la intoxicación masiva que afectó al pelotón. El suceso provocó debates sobre la conveniencia de servir comidas comunes en este tipo de competiciones y llevó a los equipos a reforzar sus propios sistemas de control alimentario en ediciones posteriores.

El relato periodístico de aquellos días no fue solo deportivo. Y es que a nadie se le escapaba la mala imagen que había proyectado la provincia, aunque el hecho fuera de carácter aislado. «Estaban tan contentas las fuerzas vivas con la promoción que significaba el paso de la Vuelta por tierras orensanas, con amplio recorrido de norte a sur, cuando la noticia vino a marchitar su satisfacción y ensuciar sus ilusiones», apuntaba en un análisis el periodista Alfredo Vara. Y es que la Diputación de Ourense, presidida entonces por José Luis Baltar, había destinado 8,5 millones de pesetas a un convenio con Unipublic para que la ronda pasara por la provincia. El objetivo no era otro que poner el foco en sus virtudes, aprovechando sobre todo la retransmisión deportiva que seguían cada tarde millones de personas a través de la televisión pública. Lo cierto es que de Ourense se habló, pero no bien.

En 1995 la Vuelta alcanzaba el medio siglo de vida y se había trasladado por primera vez la prueba al mes de septiembre. El ganador fue el ciclista francés Laurent Jalabert, que se impuso en cinco etapas y en las clasificaciones de la montaña y de la regularidad. En el podio, le acompañaron Abraham Olano y su compañero Johan Bruyneel.