Los fuegos mermaron los recursos micológicos en los bosques

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE

Algunas especies ayudan a recuperar el bosque pero el problema está en saber si los micelios que están bajo tierra han sobrevivido al fuego
Algunas especies ayudan a recuperar el bosque pero el problema está en saber si los micelios que están bajo tierra han sobrevivido al fuego Santi M. Amil

Los expertos advierten que algunos suelos han quedado dañados para varios años

24 sep 2025 . Actualizado a las 17:21 h.

La temporada de setas ha dado el pistoletazo de salida en Galicia. Pero los que estaban acostumbrados a ir a los bosques de Ourense no verán los paisajes de otros años. No los verán en buena parte de las 4.825 hectáreas de frondosas (un 5% de las 96.500 hectáreas que según la Xunta se habían quemado a principios de septiembre) que arrasaron los incendios de agosto. La razón es que lo habitual es que los fuegos forestales destruyan la mayor parte de micelios superficiales, pero también se producen cambios químicos que en el suelo como la pérdida de materia orgánica, por ejemplo. La pregunta es saber cuándo podrán recorrer de nuevo esos parajes en busca de setas con interés micológico para los aficionados, la mayor parte interesados en aquellas con uso culinario. La respuesta no podría ser más gallega: pues depende.

Porque como explica el presidente de la asociación micológica ourensana Os Cogordos, José Luis Rico, «a micoloxía non é unha ciencia exacta e haberá partes nas que árbores como castiñeiros ou carballos poida recuperar e outros que non. Tamén onde o lume non foi tan forte recuperarán antes, pero o que está claro é que onde o lume foi forte tardarán anos en recuperarse os cogumelos. Hai expertos que din que tardarán de vinte a sesenta anos».

Podría ser el caso de los boletus, un género de hongos muy popular en gastronomía y uno de los más buscados en los bosques. De hecho, en los últimos años no es la primera vez que se encuentran en los montes de Monterrei o Cualedro ejemplares de este hongo de gran tamaño. Porque esta es una seta simbiótica, de esas que establece una relación con árboles y plantas, formando micorrizas. En esa convivencia equilibrada, la seta obtiene carbohidratos del árbol a cambio de ayudar a la planta a alimentarse con el agua y nutrientes del suelo.

José Luis Rico también recuerda que hay setas pirófilas que, aunque no tienen tanto interés para los aficionados, son capaces de reproducirse en maderas quemadas. Lo que hacen este tipo de especies en concreto es restablecer las condiciones originales de los suelos en los que se asientan para que en uno o dos años estos pueden volver a ser colonizados por otro tipo de hongos.

Pero independientemente del hongo que sea y de los bosques a los que se vayan a recoger, las setas no pueden arrancarse de cualquier manera. Porque en junio del 2020 entró en vigor el decreto que regula en Galicia los aprovechamientos forestales como los hongos, limitando a dos kilos por persona y día los ejemplares que un particular puede recoger para consumo propio.

No obstante, cuando el monte tiene un plan de gestión, su titular puede acotar el terreno en el que recoger setas. En este sentido, el decreto explica «que los aprovechamientos para consumo propio y los aprovechamientos con fines científicos o didácticos son libres, excepto que la persona titular regule el acotamiento de su aprovechamiento en el instrumento de ordenación o gestión forestal, o comunique el acotamiento de este aprovechamiento que, en cualquier caso, deberá señalizar».

Lo que no se podrá hacer en ningún caso es recoger setas de noche, ni tampoco cortarlas de cualquier manera. Ha de usarse un cuchillo o una navaja, pero no se emplearán otro tipo de instrumentos para arrancarlas ya que en ese caso se daña el micelio, la parte enterrada, y no volverá a reproducirse. El corte debe hacerse en el tallo o pie, cerca de la base y tapar el hueco con tierra y hojarasca.

Participantes na ruta micolóxia que se desenvolveu este domingo
Participantes na ruta micolóxia que se desenvolveu este domingo

La comarca de Celanova se mantiene como referente del micoturismo

Celanova sigue siendo una referencia en el micoturismo gallego, una modalidad de aprovechamiento de la riqueza micológica que, como destacan los expertos locales Ricardo Mínguez y su hijo Alejandro, está aún por desarrollar en esta comunidad. Este fin de semana ellos volvieron a ejercer de anfitriones de los investigadores y divulgadores del Grupo Micológico Galego Luis Freire, con quienes visitaron los municipios de Cartelle y A Merca, en las tierras de Celanova.

Quince personas, llegadas de las cuatro provincias gallegas, participaron en la jornada dominical, en la que se pudo constatar la presencia, aunque en un número escaso, de algunas setas que son clásicas a finales del verano y comienzos del otoño. Se notó la falta de humedad, que junto con las temperaturas suaves es imprescindible para su crecimiento. Faltaron precipitaciones en los últimos meses y sobraron las altísimas temperaturas que se sufrieron este verano. Todo ello se traduce en una ausencia importante de especies en la zona. Algo que no se podía prever en enero, cuando se programó esta visita dentro del calendario de salidas mensuales del grupo. Pero los expertos dicen que no hay que perder la esperanza. Esta situación puede mejorar en caso de que empiece a llover en los próximos días. En las zonas más húmedas aparecen ya los primeros boletus y macrolepiotas. Los participantes en la cita hicieron el recorrido por el Camino natural de San Rosendo, en la zona de As Maravillas, en el municipio de Cartelle, después de la visita a los hórreos de A Merca. Todas las especies encontradas pasan a formar parte de los estudios del grupo.