Catorce meses después de comenzar a vender el cupón de la ONCE, reparte 400.000 euros: «Dar un premio siempre es una alegría y más cuando es a clientes habituales»

Lleva apenas 14 meses trabajando en la ONCE y Roberto Hernández Diéguez puede presumir de haber repartido suerte en mayúsculas. Nada menos que 400.000 euros, que se llevaron un total de diez personas a las que vendió un boleto del 78194. Todavía no tiene a todos los afortunados localizados, pero sí a varios de ellos, por eso sabe que el premio dejó una alegría en muchas casas. Él, por su parte, se lleva la satisfacción de haberlo entregado. «Dar un premio siempre es una alegría y más cuando es a clientes habituales», cuenta desde el área de servicio O Viaxeiro, en Riós, al lado de la autovía. Es ahí donde tiene su punto de venta fijo, donde trabaja de jueves a lunes, pero los domingos y lunes hace ruta por A Gudiña y A Mezquita. «Algunos ya los he comprobado pero me falta algún otro», relata. Hay quien llega sabiendo que tiene un boleto premiado, pero otros simplemente siguen la rutina de comprobar que una vez más no han tenido suerte... hasta que Roberto les anuncia la buena nueva. «A algunos les cuesta creerlo», cuenta riendo. Entiende que varios de los afortunados pueden ser clientes de paso, de los que paran en la gasolinera, así que duda de que vaya a conocer su identidad nunca. 

En su corta experiencia laboral en la ONCE, esta no es la primera vez que Roberto, de 41 años y vecino de Vilardevós, reparte suerte. «En verano di un pequeño premio en la zona, 10.000 euros», explica el hombre, que tuvo varios trabajos antes de, a raíz de que le otorgaran la incapacidad. «Tuve suerte y entré aquí», relata. Ya estaba habituado a trabajar de cara al público y vender el cupón es un trabajo que le gusta. Dice que a raíz del premio se ha notado cierto aumento en las ventas, aunque señala también que el lunes suele ser un día flojo. «El viernes es cuando más se vende, porque es cuando llegan los autobuses con las excursiones», señala.

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