El incendio que calcinó una casa en Avión: «Perdeuse todo, pero polo menos non nos pasou nada»

Fina Ulloa
fina ulloa OURENSE / LA VOZ

AVIÓN

Todo lo que había en la casa quedó convertido en escombro
Todo lo que había en la casa quedó convertido en escombro ALEJANDRO CAMBA

José y su mujer habían salido de la vivienda en Amiudal poco antes de que se declarase el fuego que quemó su casa

02 ene 2024 . Actualizado a las 21:16 h.

Pasaban pocos minutos de las cinco de la tarde del 1 de enero cuando los vecinos de la pequeña localidad de Amiudal, en el municipio de Avión, observaron cómo salía humo de la vivienda de José Antón Graña y su mujer. «Nese momento non estabamos na casa. Eu achegueime ata o bar e a miña muller tamén saíra. Avisáronnos os veciños», relata el propietario de la casa.

Aunque los efectivos del Grupo Supramunicipal de Emergencias (GES) de Avión apenas tardaron quince minutos en llegar a la zona desde la capitalidad municipal, ya no hubo forma de poner freno a las llamas. «O tema estaba moi feo porque había moita madeira na estrutura. Xa saía o lume por unha fiestra e polo teito» explicaba el concejal de emergencias Felipe Domínguez.

Ni siquiera la llegada minutos después de un vehículo del Parque Comarcal de Bomberos de O Carballiño-Ribeiro con los dos profesionales que había en esa jornada de guardia, y el apoyo de voluntarios de la agrupación local de Protección Civil pudo evitar el desastre. A las ocho de la tarde, cuando se dio por extinguido el fuego, el panorama era desolador: toda la primera planta estaba consumida por las llamas, el techo colapsó y lo que había dentro quedó reducido a escombros. «Perdeuse todo: a roupa, os mobles, os recordos, fotos, pero polo menos a nós non nos pasou nada», reflexionaba muy emocionado José Antón, a quien los miembros del GES acompañaron en la mañana del martes a sacar algunos productos de alimentación que tenían en el bajo del inmueble.

Esa zona de la construcción no ardió pero se teme que el daño de la estructura no permita tampoco volver a utilizarla. A pesar de la lluvia que cayó tanto por la noche como durante la mañana, los miembros del grupo de emergencias seguían refrescando la zona y vigilando los restos del incendio. «Aunque parezca mentira, aún hay rescoldos», señalaba Felipe Domínguez que acudía de nuevo el martes a la zona acompañado del teniente de alcalde, Xulio Álvarez, por si los vecinos necesitaban algún otro apoyo.

Afortunadamente, el matrimonio no requirió de la intervención de los servicios municipales para buscarles cobijo. José Antón y su mujer se fueron esa misma noche para la otra casa que tienen en el pueblo. «En realidade esa é máis nova, mellor casa, máis cómoda, incluso ten calefacción. Pero a nós gustábanos máis estar nesta. Viámonos aquí a gusto. Era a casa dos meus pais, a casa familiar de sempre. Para a outra van máis os fillos cando veñen», explica este jubilado que, como muchos en la zona, aprovechó lo ahorrado en la emigración para construir la nueva vivienda. De hecho, según narra, esa segunda casa sí que está asegurada contra siniestros de este tipo, pero no así la que ardió.

Ayer miraba apesadumbrado hacia los huecos de las ventanas que daban al corredor del primer piso de inmueble. Desde allí se apreciaban las estructuras de un sofá, un aparador y otros muebles que fueron pasto de las llamas. «Arriba tiñamos as tres habitacións e comedor, abaixo a lavandería e a cociña», comentaba el apenado propietario.

De momento nada se sabe del origen del fuego. Le han comentado que pasará la Guardia Civil para intentar saber qué ocurrió. Él no se lo explica. «Eu penso que tivo que ser algún curtocircuíto, porque ao fin son casas antigas. Deixei o móbil a cargar pero non creo que fose iso», reflexiona. «É triste velo todo así. Saes da casa tan tranquilo e en poucos minutos todo desaparece», lamenta.