Tres administraciones para analizar y vigilar las aguas dedicadas al baño

La Voz OURENSE / LA VOZ

BANDE

Agostiño Iglesias

Hidrográfica, Xunta y Concellos de Muíños, Bande y Lobios, pendientes de As Conchas

16 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El agua del embalse de As Conchas no es la mejor de la provincia. Los análisis en laboratorios oficiales dejan claro que en las playas fluviales de este espacio el agua presenta toxinas. Los resultados de los controles microbiológicos en las zonas de baño de Galicia indican que Portoquintela, en Bande, igual que O Corgo-A Rola, en Muíños, son lugar donde es conveniente «absterse do baño» debido a la presencia de «toxinas». La Consellería de Sanidade, el ahora llamado Ministerio para la Transición Ecológica -a través de la Confederación Hidrográfica Miño Sil- y también los ayuntamientos tienen su cuota de competencias, informan sobre la situación, pero, a pesar de ello, en estas playas fluviales sigue habiendo bañistas que se no dejan intimidar por los carteles. Y ello a pesar de las claras y rotundas recomendaciones para evitar esas aguas.

Un informe de mediados de julio remitido por la Hidrográfica Miño Sil a la asociación ecologista Amigos da Terra precisa las competencias. Aclara que los resultados obtenidos en cada una de las campañas de control «se trasladan puntualmente desde el Servicio de Control de Calidad y Análisis de Aguas a los concellos de Muíños, Bande y Lobios, así como a la Consellería de Sanidade», concretamente a la Dirección Xeral de Saúde Pública y Planificación». La CHMS advertía en el mismo escrito que «informar sobre las condiciones o características sanitarias de las aguas continentales, así como determinar la compatibilidad de las mismas para su uso como aguas de baño, no son competencias que correspondan a la Hidrográfica». Ahí entran Sanidade y los ayuntamientos.

La Xunta ha dejado claro que en dos áreas concretas de Portoquintela, en Bande, igual que en otros dos espacios de O Corgo-A Rola, el baño está desaconsejado.

La autoridad sanitaria de Galicia, de acuerdo con un informe del Servicio de Control de Riscos Ambientais, «encadrou o episodio como correspondente ao tercer nivel, polo que se comunicou ás autoridades locais e conveniencia de adoptar medidas para recomendar ao público que se absteña do baño e de realizar outras actividades que impliquen contacto coa agua do encoro». Los ayuntamientos, por su parte, adoptaron las medidas

Sin legislación específica

La Consellería de Sanidade se remite a la OMS a la hora de valorar el riesgo, al no existir legislación específica ni nacional ni comunitaria en relación con la concentración de cianobacterias o toxinas en zonas de baño. Fija, por ello, tres niveles de riesgo. El primero, con «baixa probabilidade de efectos adversos para a saúde»; el segundo, «moderada de efectos adversos», y el tercero de «alta probabilidade». Al haber optado por esta última se desaconseja tanto el baño como la realización de «outras actividades que impliquen contacto coa agua do encoro». La adopción de medidas, sea como fuere, corresponde a la administración local, esto es, a los ayuntamientos directamente afectados, que han colocado carteles en la zona, pero, a pesar de ello, las aguas del río Limia siguen atrayendo a no pocos curiosos y visitantes, que, en jornadas como las de ayer, ignoran la recomendación.

Sanidade, en cualquier caso, comunica los resultados de los análisis de su Laboratorio de Saúde Pública de Galicia a la autoridad local -concretamente a la «persoa titular da alcaldía respectiva»- y a partir de ahí pasa a ser competencia municipal la adopción de medidas.

La excepción entre las 120 zonas de baño controladas por Sanidade en toda la provincia

La anotación «absterse de baño», seguida de «presencia de toxinas», solo aparece en cuatro de las 120 zonas de baño que controla la Dirección Xeral de Saúde Pública. No todos los puntos de control en el embalse de As Conchas, tanto en Portoquintela como en O Corgo y A Rola presentan situación de riesgo para la salud. La cianobacteria y el aspecto del agua, que de forma recurrente se manifiesta, desanima a la mayoría de los visitantes. Entre los cinco lugares que se controlan en Avión y los seis que corresponden al municipio de Vilariño de Conso, de los ríos Valderias y Cenza, respectivamente, la relación incluye la denominada playa de la antena, en uno de los tramos urbanos del Miño en Ourense.

Los puntos de control de la Confederación Hidrográfica en el embalse de As Conchas incluye no solo las playas fluviales de Portoquintela y O Corgo, sino también la presa en la margen derecha del río. Los estudios de calidad del agua, de acuerdo con una aclaración enviada a Amigos da Terra, se comienzan «desde la superficie y se va descendiendo y muestreando en la columna de agua en función de la profundidad de la zona». La toma de muestras se hizo una vez al mes en enero, febrero y marzo; tres en abril, dos en mayo, cuatro en junio y al menos dos en la primera quincena de julio.

Los resultados se trasladan, en todos los casos, a la Xunta y a los alcaldes de Muíños, Bande y Lobios, con el fin de que se adopten medidas como la señalización para advertir del riesgo para la salud en el supuesto de tener contacto con el agua.