Así se busca a un desaparecido

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

BARBADÁS

Cándida Andaluz

La Policía Nacional dirigió un dispositivo especial para buscar a la joven Nerea Añel en una zona de Barbadás

25 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nueve y media de la mañana. El punto de encuentro es el Motel Cancún en Barbadás. Es uno de los lugares señalados por un allegado de Nerea Añel, la joven ourensana de 26 años cuya desaparición fue denunciada por su madre el 5 de febrero. Desde el 20 de enero nadie sabe de ella. La Policía Nacional de Ourense dirigió el dispositivo especial, en el que también participaron voluntarios de Protección Civil de Ourense, el servicio de perros adiestrados del 112 y dos motoristas de la policía. La zona de búsqueda tuvo como centro el Motel Cancún y teniendo en cuenta este punto se establecieron cuatro zonas.

Cada participante en el operativo sabía dónde tenía que actuar y estaba en contacto en todo momento con el agente de la policía responsable del dispositivo. Los perros adiestrados se ocuparon del perímetro más cercano al motel. Los dos canes se fueron relevando cada hora y media para poder hacer mejor su trabajo. El olfato va perdiendo potencia, a medida de que va entrando en contacto con otras zonas, por eso necesitan el descanso. Mientras, los agentes en moto ampliaron el perímetro de los canes, adentrándose en el monte cercano.

Finalmente, los cinco miembros de Protección Civil se dividieron en dos grupos, uno a pie y otro en coche patrulla, para las zonas más lejanas de la búsqueda.

La experiencia es un grado en este tipo de dispositivos. A pesar de que a veces es como buscar una aguja en un pajar, las personas encargadas del rastreo parecen no desesperar. Cada hueco entre troncos, piedras mal colocadas, zarzas aplastadas o caminos estrechos son pateados. Y hay muchos, sobre todo en un monte donde es habitual ver a amantes de la bicicleta o senderistas. También se encontraron en el camino varios vertederos ilegales con todo tipo de artículos, desde váteres enteros a neumáticos, y pequeñas contrucciones con apariencia de poco legales. Pero sin rastro de Nerea. Por el receptor transmisor móvil van informando. «Por aquí nada de nada», dicen. Mientras buscan, el nombre de la joven se les viene constantemente a la cabeza. Tras varias horas vuelven al punto de encuentro, cabizbajos. No ha sido posible, aunque lo han intentado.