«Me dicen que tengo la razón, pero la multa de 200 euros nadie me la quita»

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

BARBADÁS

Zona de carga y descarga en la que fue multado el vecino de Barbadás invidente
Zona de carga y descarga en la que fue multado el vecino de Barbadás invidente MIGUEL VILLAR

Un vecino de Barbadás invidente denuncia que el Concello de Ourense lo multó por aparcar en zona de carga y descarga

17 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cómo hay que demostrar una discapacidad? José Ramón Fernández no tiene la respuesta, aunque sí muchos papeles. Hace ya tiempo que el Instituto Nacional de la Seguridad Social le concedió una incapacidad absoluta por un glaucoma que le ha provocado la pérdida casi total de la visión. Sus informes médicos le permitieron ingresar en la Organización Nacional de Ciegos de España, pero está pendiente de que la Xunta de Galicia valore su situación y le conceda la tarjeta de discapacitado, un documento que a ojos de las administraciones es el único con el que este vecino de Barbadás de 43 años puede demostrar su situación.

Y entretanto, se encuentra en una especie de limbo legal que, si nada lo impide, lo obligará a abonar una multa de 200 euros por aparcar en un carga y descarga. El pasado 3 de marzo su mujer lo llevó a la sede de la ONCE, pero dado que la oficina se encuentra en una zona peatonal, paró un espacio para vehículos de mercancías de la rúa Concello, a la altura del número 12, para que José Ramón se bajara. Fueron apenas unos minutos, pero justo en ese momento pasó el vehículo AVI (el multamóvil de la Policía Local). «Unos días después nos llegó la denuncia a casa, con una multa de 200 euros, así que la recurrimos», cuenta José Ramón. Presentó la documentación del INSS y todos los informes que acreditan la enfermedad que padece con la esperanza de que una persona modificara lo que había denunciado una máquina, pero eso no bastó. «Me dijeron que sin tarjeta de discapacidad no se puede estacionar en una zona de carga y descarga; que la ley es así», cuenta.

Pero José Ramón no tiró la toalla. A través de las redes sociales contactó con el concejal de Tráfico de Ourense. «Mi mujer le contó mi caso y le explicó lo poco humano que le parecía que me hubiesen puesto una multa. Entonces nos dio un contacto de la concejalía para que les explicásemos con detalle lo que me había pasado». Durante los días posteriores intercambió mensajes de Whatsapp con personal del departamento. «Vamos a revisar la situación», le dijeron, si bien pasaron varias jornadas y no tuvo noticias de ellos, así que su mujer volvió a contactar. «Contestó otra persona preguntando quién era yo y diciéndome que no sabía nada del tema, que el trabajador que había comunicado conmigo ya no estaba en la oficina y que los mensajes que habíamos intercambiado se habían borrado», explica el particular, que se vio obligado a remitir de nuevo toda la documentación de su caso.

Ganas de pasar página

«La verdad es que tuve ganas de pagar la multa y seguir con mi vida, pasar página de todo esto, pero al final decidí intentarlo una vez más», explica. Una hora después de que enviara sus papeles, lo llamaron del departamento de sanciones. Todo había sido inútil: el Concello no iba a dar marcha atrás con la sanción. «Me dijeron que iban a enviar a casa el expediente para que lo viera, pero que la multa la iba a tener que pagar», cuenta aún molesto por lo que considera una total falta de humanidad, y por la impotencia de no poder demostrar la evidencia de su situación personal.

«Me he sentido muy mareado y maltratado, ¿cómo se defiende una persona como yo durante el tiempo en el que tardan en darnos la tarjeta? Yo no puedo reconocer mi discapacidad porque a la Policía Local de Ourense no le valen mis informes médicos, mi tarjeta de afiliado a la ONCE, no le vale nada», lamenta.

Y más allá de la cuantía de la sanción lo que le molesta del caso son sobre todo las formas. «Me dicen que tengo la razón, pero ellos la multa no me la quitan. Yo he sido conductor durante muchos años y si cometía alguna irregularidad que conllevaba una sanción la pagaba, pero esto es algo diferente, la administración está demostrando que no tiene ninguna sensibilidad con este tipo de situaciones», lamenta.