Una cocina industrial como nuevo espacio comunitario en una aldea de 40 vecinos

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA OURENSE / LA VOZ

CARBALLEDA DE AVIA

La Fundación RIA estrenó el inmueble en Muimenta, en Carballeda de Avia

28 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Si bien históricamente los hornos comunitarios fueron lugar de encuentro de los vecinos de las aldeas, los nuevos tiempos crean espacios modernos e industriales que rememoran su función. En el núcleo de Muimenta, en Carballeda de Avia, podrán juntarse para cocer pan pero también para realizar todas las elaboraciones culinarias que se les ocurran. Este fin de semana estrenan una cocina comunitaria construida por la Fundación RIA, del arquitecto David Chipperfield. La podrán usar cuando quieran para dinamizar la aldea y también transformar los productos de sus huertas.

El propio Chipperfield escogió Muimenta para ejecutar uno de los proyectos de su fundación. El núcleo de Carballeda de Avia es una de las aldeas modelo de la Xunta. Tras cuatro años de trabajo, empieza a ser un laboratorio de cómo dinamizar el rural. Ya se realizaron algunas actuaciones como la reforma de la plaza principal de la aldea, pero este es el primer inmueble terminado. En una antigua casa se habilitaron dos espacios: un amplio comedor y una cocina industrial totalmente equipada. «La idea es que cuenten con todo lo que las cocinas de casa normalmente no tienen», explica la arquitecta de la Fundación RIA Lucía Escrigas. Para dotarla contaron con la ayuda de la gastrónoma Blanca del Noval. «Hicimos una cocina prototipo adaptada a lo que se cultiva en la zona, que son mayormente vegetales, y empezamos por lo más básico», relata la también investigadora.

La aldea de Muimenta cuenta con 200 edificaciones, lo que es un número elevado para un núcleo del interior de Galicia. Aunque hay unas 90 personas censadas, viven habitualmente entre 30 y 40. Es característico que las casas están agrupadas y las huertas rodean todo el pueblo. «Identificamos la necesidad de crear una cocina comunitaria para dar soporte tanto a los vecinos como a quienes trabajen las tierras productivas, para que tengan un lugar donde transformar los alimentos», argumenta Escrigas. El proyecto de la Fundación RIA también contempla recuperar terreno de cultivo, ya que parte está abandonado: «Están hiperparceladas y la idea es unificarlas en paquetes de producción, que no de propiedad». Además, la cocina se creó como un lugar de encuentro y reunión para los vecinos. Andrés, que vive pegado a este nuevo inmueble, relata que ya se juntan en las fiestas u organizan sardiñadas: «A ver se se lle dá uso!».

En la jornada de ayer, los promotores del proyecto charlaron con las vecinas que tienen huertas para conocer la tradición gastronómica de la aldea. Blanca diseñó junto a ellas un menú que se cocinará hoy en una gran comida popular para estrenar el espacio. Prevén especializarse según la actividad y los productos de la zona. La gastrónoma también estrenó una nueva vivienda recuperada para el proyecto, que se ofrecerá como alquiler temporal para quien lo necesite.