«Abriendo la fosa de Celanova hemos contribuido al deber de memoria y a la reparación»
CELANOVA
Una publicación recoge el trabajo del equipo multidisciplinar que exhumó los restos de siete asturianos fusilados en septiembre del 1939
14 oct 2023 . Actualizado a las 22:46 h.Los más mayores de Celanova recordaban aquel fusilamiento. Había sido a las nueve de la mañana y había luz suficiente para que los lugareños vieran lo que pasaba en el cementerio e incluso evitaran pasar por allí, por miedo. Aquel 29 de septiembre de 1939 siete milicianos asturianos fueron asesinados y enterrados en una fosa común del camposanto, pero lo ocurrido permaneció en la memoria de algunos vecinos.
«Se a miña nai non me dixera onde estaba a foxa hoxe non estaríamos aquí», aseguró este sábado Hixinio Araúxo, secretario del Comité de Memoria Histórica de la comarca de Celanova. Pronunció estas palabras durante la presentación del libro en el que se recoge todo el trabajo desarrollado por los profesionales que participaron en la exhumación de los cuerpos. Una iniciativa desarrollada entre el 23 de noviembre y el 16 de diciembre del 2022 que culminó con la localización de los siete fusilados. A día de hoy, los restos de dos —Abelardo Suárez Del Busto y Marcelino Fernández García— ya han sido identificados y devueltos a sus familiares.
«Todo esto lo hacemos por las familias, ellas son el centro de todo», aseguró en ese mismo acto Fernando Serrulla Rech, responsable de la Unidad de Antropología Forense del Imelga y coordinador del libro, quien también reconoció lo importante que fue en este caso conocer datos concretos sobre el lugar en el que estaban enterrados los milicianos. Había documentación que recogía los sepultaron «frente al panteón de Isauro», por lo que se empezó por esa zona. Así lo explicó Mario César Vila, director de la empresa Tempos Arqueólogos, quien destacó que tras retirar las primera capas de tierra y dar con los restos óseos, ya sospecharon que aquello no era un enterramiento ordinario. «Vimos varios cuerpos, unos encima de otros y con las cabezas de unos tocando los pies de otros», relató. Pronto se descubriría que todos presentaba un orificio en la sien: el tiro de gracia.
En la publicación, que se puede descargar de forma gratuita en la web del Ministerio de Presidencia, se recopilan las aportaciones hechas por historiadores, arqueólogos, antropólogos y genetistas. También se recoge la voz de las familias, con dos cartas escritas por descendientes de los dos milicianos identificados gracias al ADN. «Esto es una cuestión de derechos humanos. Abriendo la fosa hemos contribuido a la reparación y al deber de la memoria», advirtió Serrulla.
Y aunque las excavaciones en la fosa de Celanova ya tienen un libro, en esta historia aún habrá nuevos capítulos. Hace apenas unos días el gobierno de Asturias anunciaba que ha localizado a dos parientes de otros dos de los fusilados. Se trata de Mariano Blanco González y Baldomero Vigil-Escalera Vallejo.