El obispado espera que otras parroquias se sumen a la iniciativa de abrir los templos a los visitantes con un servicio de información y acompañamiento.
«No es un eslogan 'sexualizante, frívolo y banal' o acaso alguna vez a París, la ciudad del amor por excelencia, se le han achacado tales adjetivos», afirma el empresario que organiza el encuentro