La diócesis despide al impulsor de la parroquia de la Asunción, un sacerdote que se comprometió con la renovación pastoral
GOMESENDE
Santiago González Rodríguez será despedido en el templo del que era párroco emérito y enterrado en Gomesende
28 ene 2025 . Actualizado a las 22:06 h.Ha fallecido don Santiago González Rodríguez, párroco emérito de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Ourense. Allí estará situado el velatorio. El funeral será este miércoles, día 29, a las cuatro de la tarde. Recibirá sepultura en la parroquia de Santa María de O Pao en Gomesende.
Don Santiago era natural de O Couto-Gomesende, de la parroquia de Santa María de O Pao. Nació el 30 de julio de 1930 y se ordenó sacerdote en 1953. Estudió en el Seminario de Ourense y se licenció en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Era párroco emérito de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora; el último de los párrocos del arciprestazgo de Ourense (Ourense indiviso); coadjutor de la parroquia de Santo Domingo y responsable de la creación de la parroquia de la Asunción, así como de la construcción de su templo, últimamente renovado y puesto al día, de acuerdo con las necesidades de los tiempos que corren.
Fue profesor en la escuela de enfermería desde sus primeros años de fundación con sede en el Hospital Viejo. Dio clase también en el IES de As Lagoas. En la formación permanente estaba siempre presente, tanto en el desarrollo de las temáticas como en el diálogo posterior, aclarando dudas o pidiendo explicaciones que llevasen a una mayor adecuación a la realidad pastoral.
El clero joven, en el postconcilio, siempre encontró en don Santiago un mecenas que favorecía sus innovaciones pastorales y sus implicaciones con los más jóvenes en convivencias, acampadas, música joven… También sabía que, de vez en cuando, debía pasar por el Obispado para rendir cuentas de los comentarios exagerados que siempre le llegan a monseñor Temiño Sainz. El obispo confiaba en él y él sabía que ese tenía que ser el camino de una pastoral renovada, que estaba surgiendo.
Empezaba la liturgia en gallego. Propuso hacer unos folletos en lengua gallega para iniciar al pueblo en tan digna celebración.
Una obsesión que siempre le rondaba en su cabeza: la teoría barata de los responsables de pastoral diocesana, sin visos de una posible adecuación a la realidad de cada día.
Hombre de mente preclara, de fácil y agradable diálogo, muy fluido y perspicaz en las discusiones filosófico-teológicas. Como párroco siempre estuvo muy preocupado por la iniciación cristiana de los jóvenes en consonancia con un verdadero compromiso cristiano de las familias.