Aferrarse a la política

Marta Vázquez MATICES

MACEDA

14 jun 2023 . Actualizado a las 08:30 h.

Pienso que aún hay esperanza al leer en las páginas de La Voz que una mujer de 23 años va a ser alcaldesa en un municipio de Ourense. En una provincia acostumbrada a ver cómo los políticos se aferran a sus cargos durante décadas, saber que hay gente joven dispuesta a tomar las riendas de su ayuntamiento supone un soplo de aire fresco. Eso por lo menos.

Siempre he creído que esto de la política debería tener una fecha de caducidad. Que tengamos a nuestro alrededor alcaldes, sean hombres o mujeres, que ya ocupaban el puesto cuando hicimos la primera comunión y que siguen ahí a pesar de que ya superamos hace tiempo los 40 es, en mi opinión, síntoma de que algo no está funcionando bien. No digo que esos regidores no hayan hecho cosas buenas por sus vecinos pero, como en cualquier trabajo, cuando uno se acostumbra a lidiar con lo mismo todos los días, al final las ganas se pierden. Admitámoslo.

En las últimas décadas esta provincia ha cambiado. Dicen los veteranos que cuando se hicieron con el bastón de mando en sus ayuntamientos faltaban muchos servicios básicos para los vecinos, pero ahora las necesidades son otras. En los pueblos sobran aceras, bancos, farolas, alcantarillas, pabellones deportivos, velatorios o centros de salud. Tenemos de todo, pero falta lo más importante: la gente. La despoblación debería ser tema prioritario para cualquier gobernante y la búsqueda de fórmulas para atraer población, con oportunidades de trabajo y vivienda, el objetivo a conseguir. La renovación en las instituciones no asegura la solución de los problemas, a priori, pero sí quita mucha tela de araña. Y eso ya es algo.