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El potencial del blanco godello atrae a Muga, que prepara la compra de Viña Valdeiga
15 nov 2016 . Actualizado a las 10:30 h.Rioja es una de las grandes enseñas de los vinos mundiales. A modo de referencia, la denominación de origen Ribeiro controló en la ultima vendimia 11,6 millones de kilos de uva. Allá fueron 442,4 millones. En Valdeorras fue incluso inferior la cifra de producción, con 4,6 millones de kilos, pero ello no impide que siga creciendo el interés por esta comarca vitivinícola ourensana. El éxito y el tirón que los godello están teniendo en los mercados nacionales e internaciones, no pasa desapercibido. El último movimiento perceptible en las tierras de Valdeorras es la llegada de Muga, una de las firmas asentadas en un lugar tan emblemático como es el barrio de la estación de Haro.
El objetivo de Muga ha sido Viña Valdeiga, una firma que tiene sus instalaciones en A Rúa y nació tras la salida de Fernando González deViña Somoza Bodegas y Viñedos. Que Isaac Muga (hijo) ha estado varias veces en Valdeorras durante los últimos meses es algo que no pasó desapercibido para quienes están pendientes de cualquier movimiento que se produzca en el sector, tanto en esta comarca ourensana como en el conjunto de Galicia. Nada indica, puertas afuera, que la bodega de A Rúa haya cambiado de manos, pero en medios del sector se estima que la operación de compraventa está muy avanzada, tanto que incluso la elaboración de la vendimia del 2016 está siendo objeto de una especial atención y seguimiento por parte del equipo técnicos de la bodega riojana.
El asentamiento de Muga en Valdeorras, de confirmarse una operación, marcará un nuevo hito en la proyección de esta denominación de origen, consecuencia del interés demostrado por firmas importantes de reconocido prestigio en este sector. Que Muga llega a Valdeorras con vocación de continuidad es algo que tienen claro quienes conocen la trayectoria de esta casa. Es una empresa familiar nacida en los años treinta del siglo pasado. Será su primera experiencia fuera de La Rioja. Como indicio de sus perspectivas a corto plazo y punto de partida sirva que en la bodega se han movido, tanto esta vendimia como la anterior, en torno a 25.000 kilos de uva.
Pago de los Capellanes estrenó instalaciones en Seadur con la vendimia del 2016
El pulso entre Rioja y Ribera del Duero también se libra en Valdeorras. Las raíces riojanas de Rafael Palacios y de Telmo Rodríguez, a las que se suma Muga, tienen su contrapunto en Pago de los Capellanes. Paco Rodero y Conchita Villa, los promotores de esta última, que es uno de los referentes de la moderna Ribera del Duero, se asomaron de forma discreta a la Valdeorras vitivinícola en la vendimia de 2004. Tuvieron claro que el godello era su apuesta, al entender, con lógica aplastante, que la carta de tintos la tenía cubierta.
Elaboraron de prestado en las dos primeras vendimias, pero la del 2016 ya se trabajó bajo techo propio, en Seadur, del municipio de Larouco, donde construyeron su bodega y, de paso, dejaron claro que estaban para quedarse.
«O Luar do Sil», que es como han bautizado este proyecto, nace con el reto de añadir un blanco de calidad a la gama ya conocida de sus tintos Pago de los Capellanes. Para este nuevo godello cuenta esta bodega con unas quince hectáreas de viñedo.
En sus primeras elaboraciones han apostado por el valor añadido, sin salirse del perfil monovarietal, con fermentaciones en barrica y sobre lías, buscando un mayor complejidad para llegar a vinos que respeten la tradición y la base artesanal, con carácter y «atemporal», según su objetivo.
Entre O Bolo, Larouco y O Barco
Llegó Rafael Palacios a O Bolo hace ya quince años, con el peso añadido del apellido. Después hizo lo propio Telmo Rodríguez, cuya familia ostenta la propiedad de la riojana Remelluri, donde él trabajó en una brillante etapa antes de buscar nuevos retos. Ambos se asentaron en Valdeorras con el Bibei como referencia. Vecinos, entre O Bolo y Larouco, su interés por la zona quedó bien patente con la adquisición y plantación de viñedos propios como base fundamental para sus vinos. Distinto criterio, sin embargo, es el que ha seguido Jorge Ordóñez, que desde Málaga y con la experiencia de la distribución internacional, desembarcó también con paso firme en Valdeorras. Creó Bodegas Avancia, cuya actividad se desarrolla a partir de unas cuidadas instalaciones en una zona empresarial de O Barco. No es un entorno idílico, pero sí es eficaz. En este caso, la firma optó por la adquisición de la uva y ha llegado a esta comarca de Ourense después de la primera entrada en Rías Baixas, donde también dispone de marca e instalaciones propias.