
Parece más que evidente que tras la caída desde un cuarto piso de una mujer en O Barco de Valdeorras hay un claro caso de violencia de género. Mi deseo es aprovechar esta columna para dejar constancia de cómo debe proceder una maltratada en un caso como el que nos ocupa. La mujer, horas antes de precipitarse al vacío, acudió al cuartel de la Guardia Civil para informarse acerca de cuáles eran los trámites para separarse de su pareja. Craso error. Si acude al instituto armado debe ser para presentar la correspondiente denuncia y que se empiecen a activar las medidas de protección a su favor. Como solo consultó lo que quizá hubiera tenido que preguntar a un abogado, y al no transmitir a los agentes ningún temor, estos se limitaron a explicarle el procedimiento procesal. Tenía que haber denunciado en la propia Guardia Civil o en el juzgado de guardia, siempre asesorada por un letrado. Solicitar una orden de alejamiento, vigilancia policial, etcétera, y comenzar con los trámites de divorcio o relación paramatrimonial. Digo lo de siempre: contra el maltratador, tolerancia cero, y a la primera denunciar. Si se espera que el agresor cambie puede resultar tarde.