Sarita se jubila después de trabajar 44 años en la misma farmacia de O Pereiro
O PEREIRO DE AGUIAR

«Fue la mejor empleada que pude tener en mi vida», asegura la farmacéutica de este municipio ourensano
04 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hace 44 años, en el municipio de O Pereiro de Aguiar las cosas no eran como ahora. Estaba lejos de ser un municipio pujante del área metropolitana y su día a día era el de una localidad del rural. En ese contexto, María Hortensia García se decidió a abrir la primera farmacia del pueblo. Fue en un local alquilado. Desde esos primeros pasos la acompañó Sara Fernández Gómez como auxiliar. Fue su primera empleada y en estas fechas afronta su jubilación. «Entre las dos levantamos la farmacia. Fue la mejor trabajadora que pude tener en mi vida», dice sin dudar María Hortensia.
Los comienzos en O Pereiro de Aguiar no fueron sencillos para este negocio farmacéutico. María Hortensia se acababa de mudar de León para estar cerca de su marido y apostó por este negocio. Tras ese primer local alquilado, lograron hacerse con unos terrenos y montar el negocio en la ubicación que mantiene actualmente en la carretera a Castadón, muy cerca de la Casa do Concello. Hortensia, a sus 72 años, sigue al pie del cañón en la farmacia aunque ya tiene a su hijo Juan Díez García en el negocio. «Sigo trabajando porque me encanta mi profesión, sobre todo la parte del trato con las personas... Todo lo del papeleo lo lleva mi hijo», resume.
Sara guarda también un gran recuerdo de su dilatada trayectoria profesional en la botica. «En 44 años, tanto la farmacia como O Pereiro cambiaron mucho, pero la filosofía es la misma y tiene que ver con tratar a los pacientes como si fueran de la familia», señala.
Sobre esa vertiente familiar de la Farmacia Hortensia García también habla su propietaria: «Tenemos a gente que viene al negocio desde que lo montamos. Personas que eran niños y que ahora vienen con sus hijos, gente que desgraciadamente ha ido falleciendo...». Aunque el municipio ha cambiado mucho desde los primeros días de la botica de Hortensia, lo cierto es que la filosofía que hay detrás de sus puertas se ha mantenido intacta con el paso del tiempo.
Aunque ha coincidido menos tiempo que su madre con Sarita, como la llaman de forma cariñosa en la farmacia, a Juan también le sobran palabras cariñosas y de agradecimiento para la empleada de la que toca despedirse profesionalmente en estos días: «Esta es una farmacia rural, muy familiar y Sarita siempre ha tenido un talento muy especial, es como si fuera la guía telefónica del negocio. Se sabe todos los nombres y apellidos de los pacientes y su casuística. Y eso se agradece mucho».