José Ramón Blanco, comerciante: «Si otra ciudad tuviese lo que hay en Ourense, lo tendría explotado al máximo»

OURENSE CIUDAD

Su negocio atendió durante casi tres décadas a miles de visitantes en la capital
13 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando sus padres hicieron las maletas para emigrar buscando un futuro mejor al otro lado del Atlántico, él ya iba en las entrañas maternas. Así que José Ramón es brasileño, pero por poco. Aún así, dice que echa de menos el clima del continente en el que se crio. Y es que, al fin y al cabo, cuando volvió para establecerse en la tierra ourensana con sus padres tenía ya 37 años. «El clima fue lo a lo que más me costó acostumbrarme, porque aunque había venido tres o cuatro veces antes, de vacaciones, no es lo mismo que pasar aquí el invierno», explica. Pero no se arrepiente de haber dado el paso de seguir a sus padres hacia la tierra de sus ancestros y establecerse en la ciudad de As Burgas. «Me costó un poco, pero ellos siempre tuvieron esa morriña y no querían morir lejos de su tierra; y yo me siento contento y orgulloso de que hayan podido cumplir ese deseo», dice. Pero también está satisfecho con su decisión porque Ourense le conquistó y hoy se confiesa un auténtico enamorado de la ciudad.
«Tenemos una catedral impresionante que a todo el mundo que viene le sorprende, un casco histórico precioso, el claustro de San Francisco, las fuentes de As Burgas, la iglesia de Santa Eufemia, un teatro precioso o una riqueza termal que para sí quisieran otros y que, por desgracia, no mucha gente de la que viene de turismo conoce porque falta promoción, especialmente de lo termal», lamenta este comerciante que se ha pasado más de dos décadas recibiendo en su negocio a visitantes que buscaban un recuerdo de la ciudad.
Él mismo ha desvelado a muchos de esos foráneos la existencia de algunos de esos atractivos de la capital ourensana, «incluidas las fuentes de As Burgas, que están en pleno casco urbano», señala. «No apreciamos todo lo que tenemos y además deberíamos de dar otra imagen de la ciudad, porque últimamente está bastante descuidada. Si otros tuviesen lo que tenemos nosotros, lo habrían explotado al máximo», opina.
José Ramón pasó en Río de Janeiro, su ciudad natal, los primeros 13 años de vida y luego se trasladó con sus padres a Caracas (Venezuela), donde vivían varios hermanos de su padre. El país caribeño fue su casa durante otros 24 años. Allí terminó el bachiller y comenzó un periplo laboral que estuvo marcado por un denominador común: la atención al público detrás de un mostrador. «Tan solo trabajé al principio en la empresa de la familia, que fabricaba un sistema antirrobo para coches que consistía en una válvula que cortaba el paso de la gasolina, con lo que a los cien metros, el coche se paraba y ya no arrancaba», narra.
Pero lo suyo no era estar en una fábrica. «Lo que me ha gustado siempre es estar en contacto con la gente; siento que puedo ser más útil», explica. Y, de hecho, recuerda que ya con 14 años trataba con el público, ayudando a sus padres en la sucursal de tintorería y la mercería que regentaban. Su último trabajo en Venezuela fue en la hostelería, concretamente en la Hermandad Gallega.
Así que no es de extrañar que en el regreso la familia decidiese apostar por seguir en el sector comercial a su regreso a Ourense en 1996. El quiosco bautizado como Novedades Las Acacias fue regentado por sus padres hasta que, con la entrada del nuevo siglo, se jubilaron y pasaron las riendas a su hijo.
Inicialmente, la prensa era el principal negocio del establecimiento, aunque pronto José Ramón fue completando la oferta con todo tipo de artículos orientados al turismo. «Llegué a tener miniaturas de As Burgas, postales de las termas de Outariz, detalles con la catedral», explica. «Los llaveros, imanes y dedales eran los de más salida en la última época», cuenta.
Otros productos, como abanicos o castañuelas, fueron perdiendo adeptos y José Ramón decidió apostar definitivamente por los recuerdos locales y llegó a tunear objetos para hacerlos más ourensanos. «Había un afilador, un imán de arcilla, que venía con la palabra Galicia. Yo lo lijaba, le ponía encima ‘Ourense' y debajo ‘terra da chispa'. Luego le daba una capa de barniz», recuerda ahora.
Quién es
- DNI. José Ramón Blanco Cardoso nació en Río de Janeiro (Brasil) en octubre de 1959. Hijo de emigrantes, retornó con sus padres a Ourense en 1996.
- A qué se dedica. Trabajó la mayor parte de su vida en la actividad comercial cara al público. Las últimas dos décadas, como autónomo, al frente del quiosco Novedades Las Acacias.
- Su rincón. Aunque se confiesa enamorado de todo el casco histórico de Ourense, la calle Juan de Austria, pegada a la catedral y a la zona de los vinos, tiene una vitalidad propia que, en su opinión, la convierten en algo «muy especial».
«Me hubiera gustado jubilarme en el negocio, pero no pudo ser»
José Ramón está todavía acostumbrándose a su nueva vida tras haber echado el cierre, hace un mes, al quiosco que abrieron sus padres al volver de la emigración. «Me hubiera gustado jubilarme en el negocio, pero no pudo ser», lamenta. El edificio en el que está el bajo que acogía su tienda fue vendido a una promotora que construirá apartamentos turísticos y no parece factible encontrar otro lugar tan céntrico y turístico para su mercancía. «No estoy en el paro, porque los autónomos no tenemos de eso; ni jubilado», resume. Sabe que a su edad tampoco será sencillo encontrar otro trabajo; algo que, por otra parte, no le vendría mal ya que el tiempo cotizado en España «se queda corto». Es un gran aficionado a la música y se consuela pensando que quizá ha llegado el momento de aprender: «Siempre me gustaron la guitarra eléctrica y la batería y espero aún poder ponerme a ello», señala.