La altas temperaturas del invierno retrasaron la floración de varias especies
31 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Basta con mirar el cielo, a la aceras o a los coches para comprobar que esta semana el polen en el aire se ha multiplicado en Ourense. Las altas temperaturas del invierno en la provincia retrasaron la floración de varias especies. Ahora coinciden con otras, dando paso a una explosión de polen que acaba de iniciar su pico más alto y que se espera que se mantenga, al menos, en los próximos 15 días.
María Fernández González es miembro del grupo de Biología vegetal y ciencias del suelo del departamento de Aerobiología de la Facultad de Ciencias del campus de Ourense. Semanalmente informes al Sergas, tanto actuales como de predicciones, para que lo tengan en cuenta los alergólogos. «En Galicia tenemos dos regiones bioclimáticas, la mediterránea y la atlántica, por lo que tenemos más probabilidades de tener plantas con más floraciones. Las alergias se reparten entre la primavera y el verano con dos picos grandes de polinización», explica.
A la falta de frío en el invierno se acaban de sumar las precipitaciones débiles y escalonadas, más horas de sol y el aumento de las temperaturas. Así, los pinos, que iban retrasados, han iniciado su polinización coincidiendo con el ciclo habitual de los plátanos de sombra. «El año pasado hubo más días de frío durante el invierno y las especies fueron polinizando de forma escalonada», subraya María Fernández González.
Para los próximos siete días se esperan altas concentraciones de polen de pino, más de doscientos gramos por metro cuadrado de aire. A esto hay que añadir que los plátanos de sombra, los árboles ornamentales más habituales en las ciudades y en las villas, se encuentran en plena floración. Así, las predicciones del departamento de Aerobiología señalan que el polen de esta especie llegará a sus niveles máximos en el sur de Galicia en los próximos días. Este miércoles se estimaba una concentración cercana a los doscientas gramos por metro cuadrado de aire.
«Estos días vemos en Ourense unas nubes enormes que son, principalmente, del polen de los pinos, que son más grandes de tamaño que el resto. Hay plátanos en multitud de jardines de la ciudad que ahora están en floración y el problema es que esta es muy explosiva. En diez días pueden pasar de un grano de polen a 1.500», explica María Fernández, investigadora del campus.
Esta presencia de polen en el aire no se ha traducido, de momento, en un aumento de las alergias, debido a que la del pino no es la más frecuente, según indica la alergóloga del CHUO Susana Varela.
Sin embargo, sí se notará una mayor incidencia del polen en los pacientes alérgicos a partir del mes de abril, cuando llegue la polinización de los abedules. Estos árboles están también muy presentes en las ciudades, sobre todo en las orillas de los ríos, en los paseos fluviales, ya que necesitan mucha humedad. En breve se juntarán los robles del sur de Galicia, que están empezando su floración. Y en mayo, los olivos y las gramíneas, cuyo polen tiene capacidad de producir grandes síntomas alérgicos, desde rinitis hasta asma, que pueden durar varios meses.
«¿Las recomendaciones? Que vaya a haber más polen o no de gramíneas este año dependerá de la lluvia que haya en la primavera. Pero los que están diagnosticados deben empezar por el tratamiento, evitar pasear por el campo y por las orillas de los ríos, usar gafas de sol e intentar no salir a última hora de la tarde, que es cuando la concentración de polen es más alta», explica la alergóloga del CHUO.
Cambio climático y necesidad de variar las épocas de poda de varias especies
El cambio climático también está detrás de la variación en el ciclo de polinización de los árboles y plantas. Tanto es así, que desde el grupo de Biología vegetal y ciencias del suelo, del departamento de Aerobiología de la Facultad de Ciencias del campus der Ourense trabajan en la creación de modelos de circulación global para conocer la influencia que tiene, con datos recogidos desde el año 1993. En función del clima y de las proyecciones a futuro se sabrá cuándo van a florecer en el año 2050. «Ahora mismo estos fenómenos, el hecho de que la floración se retrase, los vemos como algo excepcional, pero si seguimos así esta será la tónica», subraya María Fernández. Varias serán las consecuencias, explica. Entre otras, que personas que no son alérgicas puedan acabar siendo sensibles si están expuestas a altas concentraciones durante más tiempo.
La contaminación
Una de las formas de paliar esta realidad podría ser una modificación de la configuración de las ciudades desde el punto de vista de los árboles ornamentales. Cambiar los que son más sensibles por otros, aunque necesiten de más cuidados y, por lo tanto, gasto y variar las épocas de podas de las especies. «En los pinos poco se puede hacer, pero en los ornamentales si las podas fueran más tardías no florecerían tanto», explica.
De la misma opinión es Susana Varela. «Cada vez hay más personas con alergias, por el estilo de vida y por la contaminación. Esta hace que las proteínas del polen estén más estresadas y, por lo tanto, sean más alérgicas», señala. Y apunta que el cambio de especies en las ciudades podría contribuir a paliar la incidencia de la enfermedad.