«La Marta» es el único bar de Velle y tiene setenta años de historia

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Marta, rodeada de todas las camareras que trabajan en su bar, en Velle
Marta, rodeada de todas las camareras que trabajan en su bar, en Velle MIGUEL VILLAR

El local, que sigue regentando Marta Pato, la mujer que le da nombre, es un punto de encuentro

27 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Marta Pato (Ourense, 1948) tiene 75 años y es la dueña del único bar que queda en Velle, de hecho no hay otro hasta llegar a Villariño. Su local es cafetería, estanco, administración de loterías y, cómo no, punto de encuentro. Los vecinos de los pueblos de alrededor escogen en su día a día ir a «la Marta» (así es como llaman popularmente al bar, que realmente lleva el nombre de su propietaria). El local es toda una reliquia. Lo abrieron los padres de Marta en los años cincuenta. «Se llamaba Plata y Oro porque antes de montar el negocio, mi padre trabajaba por las ferias comprando y vendiendo esos metales», explica. «Desde que abrieron el bar, dedicaron toda su vida a la hostelería. Primero lo tuvieron en Quintela de Velle y luego compraron esta casa y lo traspasaron al bajo», cuenta la ourensana. El local se quemó en un incendio en 1960. «Mis padres siempre trabajaron muy bien y se ganaron el respeto y el cariño de todos, distribuidores y clientes, que en ese momento ayudaron sin medida para volver a ponerlo en marcha», recuerda.

Marta no sabe con exactitud el año en el que tomó las riendas del bar porque, dice, se crio en él. «Trabajé siempre aquí porque me encanta y cuando se jubilaron mis padres, cogí el local. Fue un paso natural y creo que estábamos en los años ochenta», admite. Esta hostelera no concibe su vida sin el bar, aunque hoy esté ya jubilada. «Hacer ya no hago nada porque tengo gente trabajando, pero no puedo estar quieta. Vivo encima y vengo todos los días», admite. Su negocio es hoy epicentro de la vida social de la zona. Allí se juegan las partidas de cartas después de comer, se sale a tomar el café por las mañanas, se reúnen los amigos para tomar una copa o para celebrar cumpleaños y hasta se juega la primitiva. Marta Pato es, además de bar, estanco y administración de loterías.

Marta, en su local, lleno de gente de la mañana a la noche
Marta, en su local, lleno de gente de la mañana a la noche MIGUEL VILLAR

El nombre cambió en el 2015, cuando la hostelera de Velle hizo una tremenda reforma a su local. «Como trabajé siempre aquí, estaba acostumbrada a que todos llamasen al bar por mi nombre, así que le puse directamente esa denominación», resume. En la pandemia amplió el espacio reformando otra parte del bajo y también montó una terraza cubierta. Siempre fue una mujer activa y entregada a su proyecto hostelero. «A mí me encantó toda la vida tratar con la gente, moverme de aquí para allá sin parar... Mi marido era electricista, salía a primera hora de casa y yo me quedaba en el bar feliz», cuenta.

Por «la Marta» pasan personas de todas partes y de todas las edades. «Algunos clientes vienen desde Ourense y muchos de distintos puntos de O Pereiro de Aguiar. Esto siempre está lleno», comenta. A sus 75 años no contempla dejar el café, aunque sea de supervisarlo, como hace ahora. «Si me quitan esto me voy de Velle. Mi hija está en Santiago y mi hijo en Catoira, así que no me quedaría aquí», confiesa. «No sé vivir sin el bar. Cuando empecé a delegar y a contratar a las camareras, comencé con problemas de tensión. Es increíble», dice. Eso sí, asume que la hostelería no es fácil. «Hay que trabajar, trabajar y trabajar. Los clientes no vienen solos, hay que mimarlos, ser serios y prestarles atención», termina.