Aprendió a coser de forma autodidacta haciendo vestidos para sus hermanas y ahora quiere enseñar a los demás

Aprender a confeccionar nuestras propia ropa desde cero o mejorar nuestra técnica con la aguja sin un profesor no es coser y cantar. Raimundo Valencia lo sabe bien, pues se inició en el mundo de la moda de forma casi autodidacta. Por eso se ha decidido a abrir su propia academia de patronaje, corte y confección en Ourense. La ciudad verá ampliada su oferta cultural y formativa a partir de este mes de septiembre, con el comienzo de las clases en su estudio de la rúa Colón.

Raimundo empezó a fabricar ropa de forma casi fortuita cuando era pequeño. «Ni mi abuela ni mi madre cosían, que ya es raro, pero yo era un chico muy inquieto», recuerda. Con una incesante creatividad, buscaba siempre algo que hacer y, viendo que el mundo de la tela le gustaba, se apuntó a una academia. «Nunca en la vida había pensado en dedicarme a la confección, pero entonces descubrí el mundo del patronaje, y me encantó», relata. Obtuvo la titulación de patronista industrial e hizo varios cursos. Empezó poco a poco, haciéndoles vestidos a sus hermanas y a su madre. 

Siguió trabajando en una costurera de estilo casero e independiente en Murcia, su tierra natal. «Me dedicaba a lo que me gustaba y me iba muy bien haciendo vestidos de novia», afirma. Un día como cualquier otro lo llamaron de la fábrica de Carolina Herrera. Querían que trabajase en la planta de Textil Lonia, para la marca. «El tiempo que diseñé y confeccioné allí fue muy bueno para mí. Yo estaba encasillado en una creación más casera y en la empresa pude aprender el funcionamiento industrial de la producción». Su carrera siguió en Inditex y ahora ha vuelto a trabajar a Ourense.

Sabiendo que es importante tener un buen profesor de costura y guiado por su amor por la moda, Raimundo se ha embarcado en la creación de esta escuela: «El corte y confección que yo controlo más es el casero, pero me he empapado de todo así que pretendo enseñar corte casero industrializado y que la gente aprenda procesos en los que el costurero ahorre tiempo y consumo». Los inscritos recibirán un kit de iniciación con hilos, dedales y cinta métrica, entre otros materiales. El bajo cuenta con la maquinaria necesaria para fabricar una prenda y las diferentes telas serán elección del alumno. El procedimiento, que ocupará sucesivas clases, empezará por el diseño y la obtención del tejido, pasando por todas las fases de corte y costura de la prenda y rematando con la exposición final del proyecto. Las formaciones contarán con profesores invitados que trabajen en el mundo de la moda. También artistas o diseñadores emergentes y expertos en técnicas como la pintura. «El objetivo es que cada persona saque sus proyectos y disfrute», asegura Raimundo. No es la primera vez que muestra sus conocimientos, ya que en la Universidad de Murcia fue profesor de patronaje. Y le encanta: «Es muy bueno el ambiente que se crea cuando uno aprende algo que le gusta. Me motiva muchísimo». 

Hasta ahora ha recibido muchísimos correos y solicitudes por Instagram de interesados. Y ya tiene sus primeros alumnos. «Me llena de ilusión». Galicia, opina Raimundo, es un lugar con enorme potencial para la industria de la moda. La producción en la comunidad es muy competitiva, pero está poco unida, desaprovechando su fuerza. «Es una pena que se hayan cerrado tantos talleres de confección», lamenta. Su sueño es hacer una semana de la moda en Ourense, con modelos desfilando por las calles del casco viejo.

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