Condenan a 28 años de cárcel a un hombre que agredió durante meses, y a diario, a sus hijastras de 10 y 12 mientras la madre estaba trabajando

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE

OURENSE CIUDAD

Edificio de la Audiencia Provincial de Ourense
Edificio de la Audiencia Provincial de Ourense M. FERNÁNDEZ

Los magistrados de la Audiencia Provincial de Ourense destacan que el agresor se aprovechó de la confianza que tenía en él la progenitora

19 jul 2025 . Actualizado a las 03:27 h.

Un severísimo reproche penal han impuesto los magistrados de la Audiencia Provincial de Ourense a un hombre que cometió hechos muy graves de los que fueron víctimas dos niñas a las que debía proteger. Lejos de ello, y según ha quedado ahora probado, el hombre las agredió sexualmente durante muchos meses y a diario. El horror que vivieron las pequeñas por parte de su padrastro pasó desapercibido para la madre, que estaba muchas horas trabajando para poder sostener a la familia. El hombre, que se ocupaba tanto de sus hijastras como de otra niña más pequeña que había tenido con su compañera, aprovechaba esas largas horas de ausencia para abusar de ellas. 

Ahora, tras analizar las pruebas del caso, los togados le imponen una pena de 28 años de prisión, como autor de dos delitos de agresión sexual continuada. A mayores, le prohíben aproximarse y comunicarse con las víctimas durante 24 años y lo inhabilitan para el ejercicio de los derechos de la patria potestad, tutela o acogimiento respecto de las menores durante seis años, ordenando además que las indemnice con 60.000 euros. Eso sí, el alto tribunal ourensano ya especifica que, por imperativo legal, el máximo de cumplimiento efectivo de estas dos penas de prisión será de 20 años. El agresor lleva ya lleva dos privado de libertad.

El tribunal considera acreditado que la víctima que más tiempo sufrió los abusos fue la que tenía 10 años. Desde mayo de 2022 y hasta el 16 de abril de 2023, «en incontables ocasiones y prácticamente a diario, aprovechándose de la absoluta confianza que su madre tenía en él para cuidar a sus hijas, de su ascendente cuasi familiar sobre la víctima y de su rol de cuidador para vencer cualquier suerte de resistencia de la niña», la agredió sexualmente en numerosas ocasiones. «Todo ello a pesar del asco y repugnancia de la menor y del dolor físico que le infligía el acusado, del que era plenamente consciente», subraya la resolución. Respecto a su hermana, de 12 años, los ataques sexuales hacia ella sucedieron desde enero del 2023 hasta el 16 de abril del 2023. «También en innumerables ocasiones, prácticamente todos los días, reprodujo el mismo patrón», indican los magistrados. Según contaron las víctimas, pedía a una de ellas que paseara al perro para quedarse a solas con la otra y abusar de ella. Los ataques también ocurrían cuando las llevaba en el coche. 

La madre fue la que presentó la denuncia. Así lo explicó en la sala de vistas durante el juicio celebrado hace dos semanas en Ourense. Recordó que una noche, al volver del trabajo, tuvo una discusión con el acusado que provocó que ella terminara llorando. Las niñas se acercaron y le preguntaron «¿mamá, por qué no lo dejas?». Ella quiso saber el motivo por el que sus hijas le decían eso y fue entonces cuando se sinceraron y le relataron los terribles abusos que el padrastro había cometido con ellas. La mujer, apoyada por su familia, acudió a denunciar. En cuanto supo que la Guardia Civil estaba buscándolo, el sospechoso se fugó. Dos meses después lo detuvieron cuando acechaba la casa de su exmujer, quien también lo denunció por malos tratos.

La progenitora relató también, y así lo recoge ahora la sentencia, que notaba en sus hijas comportamientos inusuales, como el uso de ropa muy floja para vestirse o que una de ellas empezara a sacar malas notas en el colegio y a hacerse pis, y aunque nunca sospechó de su pareja, cuando ellas se sinceraron «todo le cuadró». Incluso la extraña desaparición de las braguitas de las niñas. Culpaba a sus hijas de ser desordenadas, pero se supo que el agresor sexual las tiraba para ocultar pruebas.

En el juicio el acusado negó tajantemente las acusaciones y aseguró que lo habían denunciado por dinero. Los jueces rechazan de plano este argumento, ya que quien sostenía económicamente a la familia era la madre de las menores, y no él.