Suponen casi la mitad del total de los siniestros que se registran en la provincia
16 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los accidentes con animales suponen un alto porcentaje de la siniestralidad vial en la provincia de Ourense. A finales de noviembre hubo otro caso de atropello en la autovía A-52 por la irrupción de una manada de jabalíes en un tramo de la vía de alta capacidad en Ribadavia. Generalmente, la mayoría de siniestros se saldan sin heridos graves, pero la provincia ya tuvo un caso de muerte y herido muy grave a causa de un atropello de este tipo por lo que las autoridades siguen barajando medidas para aplicar.
En Galicia, los accidentes con animales suponen un tercio de los totales, pero en las provincias interiores de Ourense y Lugo el porcentaje se eleva exponencialmente. Este año, los accidentes con animales han supuesto más de un 48 % del total de siniestros. De los casi 1.500 accidentes computados en los ocho primeros meses en la provincia de Ourense, más de 700 fueron con animales y casi 380 con jabalíes. Son datos hasta agosto, pero ahora estamos en los meses más complicados del año para esta problemática, pues de octubre a diciembre se suelen registrar el mayor número de casos.
Los números de la provincia de Lugo son aún peores, pero en cualquier caso en todo el territorio se está constatando un acercamiento de las especies salvajes a los núcleos urbanos, con lo que el problema no se circunscribe a la zona rural. Entre los municipios ourensanos que tuvieron más de un 50 % de accidentes causados por animales figuran Ourense, Xinzo, San Cibrao das Viñas o Celanova. Las cifras de accidentes no se reducen, sino que presentan un crecimiento en la última década, y particularmente en los años 2016 y 2017, con más de mil casos en cada ejercicio vinculados a atropellos con animales.
La señalización, por repetitiva, se ha considerado poco eficaz incluso por la DGT, que, en un informe del año 2011, apuntaba que la costumbre de verlas hace que los conductores no bajen la velocidad en esos tramos. Reducir la proliferación de alimañas, con más batidas de caza autorizadas, es una medida que se debate entre las autoridades.
La Guardia Civil instaló silbatos ultrasonidos en sus vehículos
Es un sistema muy barato -por menos de diez euros se pueden adquirir por Internet o en tiendas de repuestos de coches- y se ha comprobado que es eficaz para ahuyentar a los animales en carretera. La Guardia Civil de Tráfico y otros vehículos de emergencias lo tienen instalado desde hace tiempo en sus vehículos y, a pesar del elevado número de kilómetros que recorren, las patrullas no han sufrido accidentes por atropellos de animales desde que los utilizan, cuando antes sí habían tenido percances.
Se trata de dos tubos de plástico que se adhieren a la rejilla del radiador del coche o la moto; al circular a más de 50 kilómetros por hora el aire entra en los tubos y su resonancia genera sonidos de baja frecuencia imperceptibles para los humanos pero que ahuyentan a la fauna. El aire pasa a través de los silbatos, que funcionan hasta una distancia de 400 metros. Hay opiniones diversas sobre su utilidad, pues hay conductores que opinan que los animales no se ahuyentan, pero en la Guardia Civil en Ourense sostienen que sí son prácticos, además de económicos.
Los titulares de las vías prueban con como orina de lobo o captafaros
Además de los riesgos de lesiones que suponen, otra de las derivadas de esta problemática es que detraen muy a menudo recursos de la Guardia Civil de Tráfico, pues se solicita la presencia de los agentes para ratificar oficialmente -de cara a la compañía de seguros- que tal accidente ha sido causado por la irrupción de un animal en la vía.
Desde la Xunta se han interesado por alternativas para intentar evitar que los animales penetren en la calzada. Alguna, como la orina sintética de lobo, tuvo éxito como repelente en alguna provincia vasca. Otra medida de la administración gallega fue la colocación de captafaros reflectores. Es un sistema que está instalado con paneles rojos en la AG-53 y que tiene la finalidad de evitar que los animales se adentren en la vía, asustados por las luces rebotadas de los coches.
Además, están los atropellos que no son de fauna salvaje, aunque estos sean los más frecuentes y de hecho los choques con jabalíes son los que más se comunican. La responsabilidad también abarca a los ayuntamientos para hacerse cargos de perros que estén errantes y que resultan heridos en un atropello. Sin embargo, no siempre quieren hacerse cargo de la recogida. Recientemente hubo un caso en San Cibrao das Viñas y fue el particular que lo atropelló quien llevó al animal a un veterinario.