El ojo del tráfico pontevedrés

Martiño Suárez PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

RAMÓN LEIRO

Reportaje | La joya de las instalaciones del Pazo da Cultura Cetra, el sistema de control de la circulación de la Policía Local, permite organizar semáforos y patrullas en tiempo récord, e incluso denunciar a distancia a los infractores

07 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Es, a su modo, una especie de versión pontevedresa de HAL 9000, la máquina que todo lo controlaba en la película 2001. Quienes la usan, los policías locales, le llaman Cetra -por central de tráfico-, y ella sola, con la ayuda de su operador, Emilio Suárez, se merienda la mayor parte de los problemas de circulación de la ciudad. Con dieciocho cámaras repartidas por el cinturón periférico y un cableado de fibra óptica que permite enviar órdenes a cualquier punto en menos de medio segundo, el sistema es la joya de las instalaciones del Pazo da Cultura. La nitidez de las imágenes que capta Cetra es impresionante. «Cando foi o concerto de Carlinhos Brown -explica el oficial jefe, Daniel Macenlle-, tiñamos cortada unha rúa, e vimos un taxi que se colaba por ela. Acercamos a cámara para ver o que pasaba... e dentro do coche estaba Carlinhos». Desde su sala de pantallas se dominan, sin que quede ningún hueco por cubrir, todas las carreteras de acceso a Pontevedra, lo que permite a los policías saber qué calles están colapsadas, e intentar dar alternativas a los automovilistas. Además, Cetra puede ser casi autónoma. Su programación, que se va variando cuando cambian las necesidades, le hace saber que no hay el mismo tráfico un frenético lunes de octubre que un domingo veraniego. En función de ésto, regula el funcionamiento de los semáforos, detectando casi en tiempo real si están en rojo, en ámbar o en verde. Dentro de muy poco será capaz de saber incluso si hay alguna lámpara fundida dentro del aparato. Emilio Suárez puede variar la frecuencia según se requiera. «Aforra moito tempo» «Afórranos moito tempo -explica el operador-. Con este sistema, podemos enviar motoristas aos puntos conflitivos se vemos que a cuestión é solventable, podemos establecer rutas para as patrullas e mandar a grúa onde conveña». Aunque, naturalmente, a Cetra hay que darle instrucciones periódicas, porque los conductores siguen siendo más listos -muchas veces no para bien- que la máquina: «Cando a xente ve que hai unha vía de acceso menos saturada que a habitual -cuenta Emilio Suárez-, desvíase por ela, e acaba saturándoa tamén». Un lunes a las dos de la tarde, Cetra muestra, por ejemplo, un atestado cruce de O Marco, una salida hacia A Barca difícilmente gobernable, un paseo de Colón -que sólo es de entrada- casi sin coches. Y, entre otras cosas, un camión de reparto estacionado encima de una acera, al lado de una zona de carga y descarga vacía. El operador podría ahora acercar el objetivo hasta la matrícula del vehículo, tomar nota y denunciarlo, aunque esto sólo se hace en los casos más flagrantes. Seguridad interna El sistema graba sus imágenes en dos soportes, un digital y otro analógico. Este último, un vídeo VHS, sirve para que quede constancia de cuáles han sido los movimientos de las cámaras durante las 24 horas del día. «Facémolo por seguridade interna, para que non se lle dea un mal uso», explica Suárez, haciendo alusión al temor de que las imágenes se usen para ver hasta dentro de las casas. ?tra de las aplicaciones del sistema de control de tráfico pontevedrés es el que indica a la Policía Local en qué estado están los aparcamientos públicos y el número de plazas cubiertas que tienen. Esta información se traslada después a los paneles amarillos que se ven en las calles. El operador puede incluso trampearlos, en caso de que haya algún problema en un párking, y redomendar otras rutas. Cuando la policía local pontevedresa la estrenó, hace dos años, Cetra era el sistema de control de tráfico más moderno que había en España. Aún ahora impresiona: Macenlle, que lleva algo más de un año en el cargo, se confiesa fan de la máquina: «Sempre que podo, pásome por aquí para ver como vai».