La lotería del coleccionista

Chelo Lago consuelo.lago@lavoz.es

PONTEVEDRA

18 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El pontevedrés Jesús Brea Baamonde exhibe estos días parte de su colección de décimos de lotería en la sede de la Asociación de Vecinos San Roque, bajo el título de Pequeña historia de la lotería. Su afición se remonta a los años 60 del pasado siglo, cuando su suegro, el comandante Cristóbal González Salazar, comenzó con el coleccionismo y él colaboraba. Una vez fallecido el militar, en el año 1991, Brea continuó con las colecciones, de las que ahora exhibe una mínima parte. Comenta que tiene una habitación de un piso, debajo de donde vive, dedicada íntegramente a su afición. Allí guarda su tesoro, integrado por varias colecciones: Una de estampillas de las distintas administraciones de España, que figuran en el reverso de los décimos; otra, de números finalizados en 0, que son 10.000, «y de los que en estos momentos me faltan 543»; también tiene otra de los «mil capicúas que hay entre los 100.000 primeros números, de los que me faltan solo ocho; y de los 100.000 primeros números, de los cinco ceros a los cinco nueves, que en estos momentos me faltan 494».

Pero no solo tiene lotería nacional, sino también extranjera, con décimos de Portugal, Gibraltar, Taiwán, Corea, Japón, Etiopía, Brasil, Colombia y algún otro país. Para conseguir aumentar su colección utiliza el intercambio y también recurre a Internet, «que lo hace todo mucho más sencillo, pues puedes conseguir un número determinado o un décimo de un año concreto».

En la sede de la asociación vecinal San Roque exhibe una parte mínima de su colección, comparado con todo lo que tiene. Hay una serie de décimos que van desde el año 1919 al 1959, que empieza otro formato de décimos. También hay una muestra del año 60 que se llama La mujer en la pintura española; otros décimos que son del año 70, que se emitieron dedicados al mar, y el año 71 que fue dedicado a la tauromaquia y que recoge toreros, las distintas artes, hierros e incluso alguna plaza de toros. «La del mar y la tauromaquia, fueron escogidas a propósito dada la vinculación del barrio de San Roque con esos temas». La exposición se completa con los cien primeros números de la Lotería Nacional que están enmarcados en 4 discos. Valor. Sobre cuál es la colección más valiosa de las que posee, Brea Baamonde contesta rápido que «siempre es la más trabajosa, la que te cuesta más completar». Y en su caso, es la de los 100.000 números, de los cinco ceros a los cinco nueves. «Si tengo un poco de suerte -añade- espero completarla porque ahora es más fácil y más difícil, a la vez. Más fácil porque puedes contactar con más gente, pero a la vez te van quedando menos números y son más difíciles de conseguir. Pero con Internet puedes saber dónde se juega tal número y comprarlo, y si no toca, para la colección, y si toca, bienvenido sea. Y yo haré eso el día que me faltan cien números».

En la exposición figuran también décimos premiados, algo que en la actualidad no sería posible, salvo que se renunciase a cobrarlos. «Ahora, cuando vas con un décimo premiado, se quedan con él, pero antes no, ponían el sello con el número de la expenduría y el pagado». De todas formas, considera que «es mejor que toque, aunque no vaya para la colección», dice riendo. Y si es un premio sustancial, mejor que mejor. A pesar de que su suegro tiene seis hijos -una de ellos, Pepy G. Clavijo, intervino en la inauguración-, ninguno siguió con su afición, como tampoco lo hacen los nietos. «El único que cogió el bicho fui yo», exclama Jesús Brea, que añade: «Esperemos que algún día lo hagan, y se den cuenta de su valor, porque aparte es cultura, estás viendo curiosidades de distintas ciudades y países, y siempre vas aprendiendo cosas».