Dan Brown necesita traductor

Julia Castro redac@lavoz.es

PONTEVEDRA

16 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Y la gente no lo sabe. Su última novela El símbolo perdido llega en castellano el 29 de octubre, pero ayer el libro se instaló en la ciudad en versión original. No todas las librerías disponían de ejemplares y aquellas que los poseían no vendieron ninguno. «No tenemos encargos, pero hay casos de lectores que estaban esperando a que salieran en inglés, pero siempre son muy pocos. El general, suelen adquirirse ejemplares en idioma extranjero después de leerlos en castellano para practicar el idioma y no por novedad», comenta el socio de la librería Cronopios, Anxo Corballón.

Ni voces dobladas, ni subtítulos, en la literatura como en el cine, con las traducciones se pierden los matices de la obras maestras. A pesar de poder conseguir con antelación libros de éxito mundial en su lengua materna, los lectores prefieren esperar su llegada en castellano. «Aún sabiendo inglés, no tengo un nivel de bilingüe equilibrado y me supone un esfuerzo extra. Cuando leo, busco entretenimiento y si lo escojo en castellano es también por vaguedad», explica el estudiante pontevedrés Antonio. Aunque una mayoría lectora no se atreve con otros idiomas por falta de dominio en las lenguas extranjeras, los que se aventuran a ello tienen un perfil definido. «Es gente muy joven, a partir de los 15/16 años, incluso son más chicas que chicos, aunque siempre existen alguna excepción. Son títulos que les interesan tanto que los quieren ya, hay un seguimiento casi fanático y no pueden esperar. Tenemos una lectora que nos comentó que llegó a leer un mismo libro 30 veces», puntualiza el socio de la librería El Pueblo, Francisco Suaje. Por otra parte, se incluyen lectores con un perfil más relacionado con los estudios cursados. «Son personas con un nivel académico medio-alto como estudiantes de la Escuela de Idiomas para perfeccionar la lengua extranjera», explica Anxo Corballón.

El símbolo perdido ha contado con una campaña de marketing sin precedentes, llegando a publicitarse en las redes sociales como Facebook y Twitter para conseguir una publicidad mundial. Aunque a priori parece un éxito rotundo, la mayoría de los pontevedreses, tanto lectores como libreros, no tenían conocimiento de esta novela. «Nadie ha preguntado por el nuevo libro de Dan Brown, está un poco olvidado. Tuvo su gran éxito con El código Da Vinci y a partir de ahí no se puedo igualar el reconocimiento conseguido. El mes anterior a la salida de un libro que cuenta con grandes expectativas de ventas, la gente es cuando más pregunta, se mueve y solicita los encargos, como sucedió con libros de gran tirón como Harry Potter», aclara el socio de la librería El Pueblo. Entonces ¿quién decide o tiene el poder de conseguir que una novela llegue a ser un éxito mundial? El público. «Todas las editoriales desean que sus ejemplares que publican sean betsellers y para ello, crean grandes campañas de propaganda pero la verdadera difusión la realizan los lectores entre ellos», comenta un vendedor de la librería Michelena. A pesar del éxito conseguido con otros libros, fama que posibilitó su adaptación a la gran pantalla, el último eslabón de la cadena Brown no comenzó con buen pie. «No hubo una campaña mediática de venta en inglés que afiance su venta, como sucedió en otros casos como Harry Potter, que había realizado una campaña masiva. Además en Pontevedra, no hay una dinámica de lectura en idioma extranjero y para la gente el castellano es más fácil», manifiesta otro librero.

Al novelista estadounidense le llevó cinco años y medio escribir la novela debido al tiempo que invirtió en investigación, Sus señas de identidad vuelven a ser los símbolos y códigos. En esta entrega reaparece como protagonista el experto en simbología de Harvard, Robert Langdon. La acción de la historia transcurre en un periodo de doce horas y se ambienta en las cámaras ocultas, túneles y templos de Washington D.C. Desde la primera frase de la novela resurge el interés: El secreto es cómo morir.