Tras el cero a cero de la ida, al equipo de Alfaro le llega con con empate con goles para entrar en la ronda definitiva
06 jun 2010 . Actualizado a las 11:57 h.El Pontevedra demostró en Mendizorroza y en el Carlos Tartiere que está preparado para asumir con garantías el papel de visitante. Bajo este prisma, ganó más sobriedad que nunca. Esta tarde le llega otra oportunidad de altísimo nivel en la que un error puede costarle el pase a la última ronda de la fase de ascenso.
Para evitarlo, Pablo Alfaro le ha dado muchas vueltas al partido de la primera vuelta en Pasarón. Maneja información más precisa, vio como se manejaba el Alcorcón y observó también los puntos flacos de un equipo que tiene mucha fortaleza física y que son difíciles de superar en las largas distancias.
Sus primeros minutos en el partido de Pasarón fueron como un obús. Pero pronto el Pontevedra le bajó los humos y libraron un cuerpo a cuerpo con mucho rigor defensivo, dando muestras de que ni Pablo Alfaro ni Anquela estaban dispuestos a arriesgar.
Esta tarde vuelven las hostilidades en un campo que necesita de gradas supletorias para acoger a los más de mil aficionados granates que se volcarán con el conjunto granate.
Uno de los problemas que tendrá que superar Pablo Alfaro es la baja de su máximo goleador Charles. Hasta altas horas del viernes no se conoció la resolución del Comité Español de Disciplina Deportiva en la que se desestimó la solicitud de suspensión cautelar de Charles, con lo que el Pontevedra pedía a uno de sus mejores delanteros.
Para cubrir esa baja, el entrenador granate apuesta por Iván Carril ante el buen momento en el que se encuentra el delantero coruñés. El objetivo es que el Pontevedra encuentre el camino de las bandas para llevar peligro a la portería defendida por Juanma. Si lo consigue tendrá mucho trabajo ganado, ya que con espacios el equipo de Pasarón deja de ser previsible que demostró en el partido de la primera vuelta.
Una de las batallas que ganó en Pasarón fue conseguir intimidar a David Sanz. El delantero madrileño se encontró pronto con un dispositivo defensivo capitaneado por Vázquez y Sergio Castaño que acabó ahogándole los espacios.
Igor, entre algodones
Sin Charles por sanción y con Igor por lesión, el ataque del Pontevedra queda un tanto mediatizado. Sin embargo, los cuidados médicos que ha tenido el héroe del Carlos Tartiere a lo largo de la semana deben ser suficientes para que el el Pontevedra tenga la entidad suficiente para sacar adelante este trascendental encuentro frente al verdugo del Real Madrid en la Copa del Rey.
Alfaro se llevó ayer a sus jugadores a las instalaciones deportivas del Getafe para machacar un poco más los conceptos a desplegar frente a los pupilos de Antelo. Y es que, durante toda la semana, el entrenador zaragozano ha insistido que este encuentro se va a ganar en los pequeños detalles. En esos errores que no se esperan y que al final acaban siendo determinantes.
Pero la valentía también será un aspecto a tener muy en cuenta. El que se haga dueño del balón, el que sea capaz de llegar desde las bandas a la portería contraria se va a encontrar con un camino mejor asfaltado que su rival.
En los siete meses que lleva Pablo al frente del Pontevedra siempre ha hecho apuestas arriesgadas en su mayor parte. Esta tarde le tocará también jugarse esa baza para quemar las naves ante un equipo sólido que ha sido campeón de su grupo y que en cualquier momento puede reaccionar.
Anquela por su parte tratará de meterle a su equipo el alto ritmo que exhibió en Pasarón en los primeros quince minutos para comprobar la respuesta de su rival. Los movimientos que haga el Pontevedra para a partir de ese momento afrontar el duelo con todas las armas disponibles.
Valor doble en los penaltis
De todas formas, el valor de los goles en campo propio le permite al conjunto pontevedrés una pequeña ventaja en caso de finalizar el partido en empate, salvo el cero a cero con el que concluyó el duelo de Pasarón.
El técnico granate introdujo a lo largo de la semana unas series de tandas de penaltis por si hay que recurrir a ellos para decidir el desenlace de la decisiva eliminatoria que llevaría al equipo al último asalto para regresar a Segunda División como en la temporada 2003/04.
La hazaña vuelve a estar cerca, aunque por el momento sigue siendo un sueño para miles de aficionados que están volcados con una ciudad que vive con pasión el objetivo.