Los jugadores granates se mostraron muy superiores a los locales hasta que se quedaron en inferioridad
07 jun 2010 . Actualizado a las 17:42 h.No pudo ser. El sueño del ascenso tocó a su fin en Alcorcón en un partido mediatizado por el penalti y la expulsión de Vázquez a la media hora de juego. El Pontevedra pasó de ser el dueño y señor de la situación a ser casi avasallado a partir del 2-0, que llegó al filo del descanso. La segunda mitad sobró.
El partido tuvo un arranque eléctrico. El Pontevedra salió decidido a por el encuentro y en apenas cinco minutos dispuso de tres ocasiones para abrir el marcador. La más clara la fabricó Iván Carril, con un pase de cabeza que dejó solo a Espadas delante de Juanma. El delantero granate no pudo precisar su vaselina. Unos segundos más tarde era Gerardo el que se colaba hasta la frontal, pero su disparo se marchaba muy alto. Pero no quedó ahí la cosa porque Iván Malón puso a prueba al portero amarillo con un centro chut envenenado.
El asedio granate era total y eso quedó patente con otra doble oportunidad. Iván Carril probó fortuna en un libre directo que se marchó rozando el larguero y Carlos Padín sacó a relucir toda su calidad al deshacerse de varios rivales y soltar un zambombazo al que respondió Juanma con una gran parada.
El Alcorcón se sacudió la presión granate al cuarto de hora, pero fue incapaz de generar sensación de peligro. La única llegada digna de destacar hasta entonces había sido un centro que le golpeó en la mano a Iván Malón de forma involuntaria. El árbitro acertó al dejar seguir el juego.
Pero a la media hora sancionó con pena máxina una caída de Borja Gómez y mostró la roja directa a Vázquez. El gol de Mora puso la eliminatoria imposible. Fue una acción muy polémica porque se produjo con Iban Espadas tirado en el terreno de juego. Los locales no echaron el balón fuera y sacaron máxima tajada a su antideportividad.
El colegiado compensó a los 40 minutos al no pitar penalti en una zancadilla de Pendín sobre Nagore, pero dos después volvió a equivocarse al no señalar otro en el área contraria en una carga ilegal sobre el propio Dani Pendín cuando se disponía a rematar solo de cabeza. Juanma estaba vendido. Y lo que es el fútbol, de lo que pudo ser el empate se pasó a la sentencia con el segundo gol de Mora de falta.
El bigoleador amarillo tuvo el hat trick en sus botas en la reanudación, pero pecó de excesiva generosidad y su pase a David Sanz lo atrapó Orlando Quintana. El Pontevedra había sobrevivido al primer match ball, pero no iba a aguantar mucho más porque estaba noqueado. Y mucho más tras la expulsión de Pablo Alfaro por protestar.
El Alcorcón aprovechó el desconcierto granate para campar a su anchas y anotar otros dos goles de David Sanz y Borja Gómez, que fueron anulados por fuera de juego. Pero aún hubo un tercero que no subió al marcador. Orlando Quintana evitó luego la goleada con dos buenas paradas y Vara perdonó el 3-0 antes de cerrar el resultado.