Vázquez Figueroa pasará a la historia granate por su nefasta actuación en Alcorcón

T. R. PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

Veintinueve minutos fueron suficientes para que el árbitro andaluz tirara por la borda al Pontevedra.

07 jun 2010 . Actualizado a las 20:58 h.

Veintinueve minutos fueron suficientes para que el árbitro andaluz Vázquez Figueroa tirara por la borda al Pontevedra la decisiva eliminatoria para acceder a la fase de ascenso. La semana pasada el conjunto granate llevó la expulsión de Charles al juez único de competición, a continuación apeló al de Apelación y en el del Comité Español de Disciplina Deportiva le fue desestimada la solicitud de supresión cautelar tras un proceso que se desarrolló de una forma muy confusa.

Curiosamente, el pasado sábado el Pontevedra vivió una actuación arbitral un tanto sospechosa y eso que el andaluz Vázquez Figueroa tiene fama de anticasero, lo que no demostró en ningún momento. El penalti a Vázquez nace en una jugada en la que estaba en el suelo el delantero del Pontevedra Gerardo tras ser derribado por un contrario.

Y ahí comenzó el hundimiento de los de Pablo Alfaro. El equipo estaba muy convencido de que iba a hacerse con la victoria en Santo Domingo. Antes finalizar la segunda plaza llegó el mazazo definitivo al Pontevedra.

Otra de las acciones que demostraron que el colegiado andaluz tiene doble cara, fue el empujón que recibió por la espalda Pandín. Sus protestas no sirvieron para nada y el Pontevedra llegó al descanso sin Pablo Alfaro y sin su segundo, Alonso, con lo que Ragg, entrenador de los porteros, tuvo recibir las instrucciones desde el banquillo.

Fue un partido con un ritmo muy alto por parte de los granates, que comenzó con una gran ocasión de Iban Espadas, para dos minutos después fuese Gerardo, pero poco a poco el árbitro los fue minando.