El Pontevedra no marcaba cinco goles en Pasarón desde la temporada 2006-07

Xabi Otero PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

El Orientación Marítima canario también perdió en aquella ocasión por el mismo 5-1 que encajó el Leganés

14 dic 2010 . Actualizado a las 03:38 h.

El 5-1 que le endosó el Pontevedra al Leganés este domingo ha entrado en la historia de los mejores registros conseguidos en Pasarón. De hecho, el conjunto granate no marcaba cinco goles desde el último partido de la primera vuelta de la temporada ?2006-2007; es decir, han pasado cuatro largos años.

Ese día, su víctima fue el flojo Orientación Marítima, que luchaba por evitar el descenso a Tercera División. Curiosamente, el cuadro canario también logró hacer el tanto del honor. Un 3-0 sobre el Alcorcón fue la otra victoria de campanillas del ejercicio.

Pero no queda ahí la cosa porque en esa misma liga los pupilos de Alberto Argibay golearon a domicilio al Celta B por 0-5 y al Puertollano por 1-5. En cualquier caso, aquella situación dista mucho de la actual porque el equipo se proclamó campeón de grupo con 72 puntos. El Rayo acabó segundo con 67 y Racing y Universidad de Las Palmas sumaron 66. La ilusión se había adueñado de la ciudad porque el ascenso a Segunda todavía estaba muy reciente y el que más y el que menos confiaba en que se repitiera la gesta. Sin embargo, el Córdoba rompió en mil pedazos el sueño de retornar al fútbol profesional después de remontar un 2-0 en Pasarón.

Dos 3-0 en la 2007-2008

En la 2007-2008 no hubo ninguna manita, pese a que el Pontevedra volvió a realizar un gran campeonato. Acabó segundo a tres puntos del Rayo Vallecano, que luego alcanzó el ascenso. Mientras, el conjunto de Argibay se estrelló por tercer año consecutivo en la primera eliminatoria de la promoción. En esa ocasión, el Ceuta fue su verdugo. Esa campaña sus mejores resultados en el viejo campo de O Burgo fueron sendos 3-0 a Santa Brígida y San Isidro. Fuera goleó al Fuenlabrada en el estreno liguero (2-4).

La temporada 2008-2009, la más aciaga e irregular de la década, fue prolífera en goleadas a favor y en contra. En este caso también hubo un 5-1, pero a favor de la Ponferradina en el Toralín.

En Pasarón los resultados fueron tan dispares que el equipo fue capaz de ganar por ?4-1 al Marino de Luanco y por ?3-0 a la propia Ponferradina, Valladolid B y Guijuelo y de sucumbir por 0-4 con el Ciudad de Santiago.

La temporada más irregular

La afición vivió ese año una auténtica montaña rusa emocional porque el Pontevedra pasó de estar tercero con 24 puntos en la decimotercera jornada a provocar la destitución de Rafa Sáez después de ganar uno de sus últimos diez encuentros. Esa crisis provocó el retorno de José Aurelio Gay, que a la postre tampoco sirvió para solucionar nada.

El revulsivo del nuevo técnico hizo que el Pontevedra volviera a la cresta de la ola. Una impresionante racha de seis triunfos consecutivos devolvieron a la plantilla a la zona de promoción, pero una vez más todas las expectativas creadas se vinieron abajo con un bagaje final de un solo punto de veintiún posibles. El equipo acabó duodécimo a diez puntos de la fase de ascenso, en la peor temporada que se recordaba hasta la fecha.

El Lugo le endosó un 0-5

Al año siguiente, retornó la montaña rusa, pero el Pontevedra acabó en lo alto de la pendiente y se coló en la promoción cuando nadie contaba con ello. En la época de caída libre, que originó la marcha de Roberto Aguirre, quedó marcado con letras negras el 0-5 encajado frente al Lugo en Pasarón.

Pablo Alfaro tampoco tuvo una entrada feliz, pero el equipo tocó fondo con el traspiés en casa ante el Compostela (1-2). El colectivo estaba deprimido y nadie confiaba en la resurrección, pero esta se produjo de inmediato. Siete días más tarde, los granates sellaban su mejor resultado con un 2-4 ante el Lugo en el Anxo Carro y de esas cenizas surgió el fuego que le llevó a ganar ocho de los últimos trece partidos, con solo dos derrotas.

Se coló en la fase con una victoria en Mendizorroza. El tanto de Iban Espadas dejó al Alavés en la cuneta ante sus 20.000 aficionados. Parece difícil que ahora se pueda repetir la historia.