Antoñete queda en la historia taurina de Pontevedra

PONTEVEDRA

25 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

1En sus 111 años de historia, por la plaza de toros de Pontevedra pasaron las máximas figuras del toro y Antonio Chenel Albadalejo, Antoñete, fallecido en Madrid el pasado fin de semana, no fue una excepción. A lo largo de su larga carrera profesional, toreó varias veces en el coso de San Roque. La última vez fue el 8 de agosto de 1999, ya en su etapa de declive, con 67 años a sus espaldas. Inicialmente, iba a compartir cartel con Juan Antonio Ruiz, Espartaco, y Manuel Díaz, El Cordobés, pero en el último momento estos dos matadores se cayeron del cartel. Finalmente, el veterano diestro acabó compartiendo terna con Pepín Liria y Miguel Abellán, que lidiaron seis buenos ejemplares de la ganadería salmantina de Domingo Hernández. Era la corrida del día grande de la Peregrina y como suele ser habitual en los tendidos había mucho famosos y muchos políticos, entre ellos Mariano Rajoy, entonces ministro de Educación y Cultura, además de Xosé Cuíña, conselleiro de Política Territorial, y Xesús Palmou, secretario general del PP gallego en aquel momento.

Homenaje

La afición pontevedresa tenía ganas aquella tarde de aplaudir al sexagenario matador madrileño y lo hizo a pesar de todo. Antoñete intentó demostrar que algo quedaba con meritorias series de naturales, pero no fue suficiente y lo más que se llevó fue un puñado de arena al corazón en medio de una atronadora ovación, como homenaje al final de una carrera.

Sueño irrepetible

Hacía 14 años que Antoñete no toreaba en Pontevedra y ya no estaba en condiciones de repetir la gloriosa tarde del 15 de agosto de 1985, en la que cortó dos orejas y el rabo. Entonces compartió cartel con Pepe Luis Vázquez y Manzanares ante toros de El Torreón. Fue el último matador que cortó un rabo en el coso de San Roque, porque después el reglamento taurino prohibió premiar con este apéndice la faena de los toreros, según explicó ayer el gerente de la plaza, Pedro Antonio Rivas. En el 2003, a Ferrera le dieron las dos orejas y el rabo, pero simbólicamente, por el indulto del toro Fígaro.

Comentarista

2Antoñete siguió viniendo, ya totalmente retirado, a la feria pontevedresa como participante en la Semana Cultural Taurina y como comentarista en las corridas televisadas junto a Manolo Molés.