Támara disfruta de la vela también en su tiempo libre
25 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Desde que ha vuelto de Miami, donde Támara y su equipo clasificaron a España para los Juegos de Londres, no ha parado de recibir homenajes y reconocimientos. Con el deber cumplido, está disfrutando de unos días en su casa de Pontevedra, antes de volver a la base del equipo español en Santander.
Lo que debía ser un descanso, se ha convertido en un sinfín de compromisos para los que Támara siempre tiene una sonrisa. «Sé que lo que hemos conseguido despierta más atención de lo habitual. Pero me gusta poder atender a todo el mundo, en la medida de lo posible, para ayudar a que se conozca más el mundo de la vela», reconoce.
Lleva varios años pasando más tiempo de viaje que en casa: Australia, Miami, Palma, Francia, Holanda, Alemania, Inglaterra... El exigente calendario al que se ha tenido que ceñir, especialmente en el último año, le ha hecho valorar más el escaso tiempo libre del que disfruta. A veces echa de menos poder disfrutar de sus amigos, pero lo que nunca echa de más es navegar. «Tengo un problema bastante grande, porque mi tiempo de ocio también se lo dedico a la vela. Y es que como normalmente entrenas y compites en alta competición, es muy diferente a hacer otras regatas que son de ocio. Así que cuando vengo a Galicia, y por ejemplo hay una regata de Platú en Vigo, allá me voy con mis amigos».
Pronto volverá a Santander para afrontar la recta final de su preparación, con entrenamientos que alternan la preparación física (una media diaria de 4 ó 5 horas en el agua y dos horas de gimnasio), con clases técnicas y tácticas. La clase Match Race, en la que la lucha es barco contra barco, otorga a la estrategia un papel fundamental, convirtiendo esta modalidad en una de las más vistosas con las que cuenta el deporte de la vela.
El futuro después de Londres
Su mente está puesta en Londres, aunque antes tenga que conseguir el billete definitivo en la selección interna de la Federación. Lo que hará después del verano, es una incógnita incluso para ella. «Disfruto mucho de esta vida, pese a que es muy dura. Es un placer levantarme cada día e irme al agua, aunque estemos a cero grados o que haga sol», afirma.
Pero Támara también sabe que esta vida, a nivel competitivo, tendrá un final, algo que no le obsesiona porque también disfruta con sus estudios. No en vano, hace unos años completó sus estudios de INEF y acaba de empezar Fisioterapia, también en A Coruña, aunque las exigencias de la preparación olímpica le han obligado a dejarla aparcada temporalmente. «Al terminar esta campaña tendré que pensar en si me quiero embarcar en otra, porque serían otros cuatro años y es algo que no se puede hacer a medias», asume.
Actitud, entrega y tenacidad seguro que no le van a faltar.
Támara Echegoyen afirma que apenas tiene supersticiones, aunque reconoce que le gusta navegar con lo que llama sus «gorras de la suerte». «Es una manía que tengo. Además, siempre busco que tenga algo especial, alguna historia», afirma. Muchas de esas gorras se las ha dado su buen amigo, entrenador y «padrino» Pablo Iglesias, regatista de la Volvo Ocean Race la pasada campaña. Sin embargo, reconoce que posiblemente no hagan ningún efecto. «Sobre todo porque siempre las pierdo».