
La ocupación del embalse de Pontillón de Castro alcanza el 71,4 %
14 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La primavera del 2012 arrancó seca y calurosa en el municipio de Pontevedra, pero avanza más fría y lluviosa. Según los datos recogidos por la estación de Lourizán, la de referencia en la ciudad, las precipitaciones caídas en los primeros doce días de abril equivalen a todas las registradas durante marzo. En concreto, el pasado mes MeteoGalicia contabilizó 40 litros por metro cuadrado, tres veces menos de lo que es habitual en marzo, y en lo que llevamos de abril ya se alcanzaron los 39,8 litros -sin contar los valores de ayer viernes-.
Por jornadas, la que acumuló mayor pluviosidad fue la del 17 de marzo, cuando se recogieron 22 litros por metro cuadrado, seguida del 4 de marzo, con 10 litros. En lo que llevamos de abril, el pasado miércoles, día 11, se alcanzaron los 18,6 litros por metro cuadrado, y el día 10, 15,6. Marzo también dejó la temperatura máxima media de este mes con 19,4 grados, dos por encima del promedio histórico. Y hubo días con máximas de casi 30 grados. Una situación que nada tiene que ver con la predominante en abril.
Los efectos de las lluvias se dejan sentir también en los embalses, como recoge el Boletín Hidrolóxico del organismo Augas de Galicia, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente. En las dos presas de abastecimiento de la comarca de Pontevedra, la de Pontillón de Castro, en la parroquia de Verducido (Pontevedra), y la de A Baxe, en Caldas de Reis, la ocupación es similar. Según el último Boletín Hidrolóxico, de fecha 9 de abril, el embalse del Pontillón presenta una ocupación del 71,44 %. El nivel más alto de este año se alcanzó a principios de enero con el 100 %; correspondiendo el más bajo al 12 de marzo, cuando la ocupación se situó en el 68,92 %.
Por su parte, el embalse de A Baxe está al 67,38 % de su capacidad. En esta presa del Umia el aumento de las reservas sí fue significativo, ya que este pantano llegó a ser, con el de Portodemouros, en el Ulla, uno de los dos con menos agua de toda Galicia. Fue el pasado 27 de febrero cuando la ocupación del embalse de Caldas bajó hasta el 37,79 %. Esa situación obligó a la Xunta a tomar medidas en marzo. Se optó por regular el caudal ecológico, es decir, se redujo la cantidad de agua que va al Umia. Esa maniobra tuvo sus efectos aguas abajo, con el río casi seco en el centro de Caldas.