Los preferentistas toman la Diputación tras un tenso debate sobre su futuro
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PONTEVEDRA
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Los afectados reclaman que se reabra el arbitraje y que sea universal
20 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Fueron tres horas tensas las que ayer se vivieron en la Diputación de Pontevedra, día en el que se celebró un pleno monográfico sobre la situación de los preferentistas. De hecho, y después de que Rafael Louzán hubiese dado por terminado el pleno de forma abrupta, un nutrido grupo de afectados optó por encerrarse en el Pazo Provincial. Tras más de ocho horas de movilización, al filo de las nueve de la noche, decidieron aparcar esta protesta.
Pasado el mediodía, Rafael Louzán y el resto de diputados populares se encaminaron, en medio de una ensordecedora pitada, a sus escaños. Instantes después los portavoces de ocho plataformas de afectados tomaban la palabra para dar voz y sentido a sus reclamaciones.
Estos dejaron claro que su presencia en la Diputación tenía como objetivo lograr salir de allí con un compromiso público de que, entre otras cuestiones, se va a abogar por la derogación del decreto que posibilitó las quitas, que se van a mantener los arbitrajes y que estos, de hecho, serán universales extendiéndose a todos los afectados.
Tanto el PSOE como el BNG apoyaron estas demandas, así como exigieron que la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra revoque las sanciones impuestas a los preferentistas. «Están a ser tratados como delincuentes. Iso non se pode consentir», manifestó el socialista Santos Héctor.
Fue en el transcurso de la intervención del popular José Manuel Figueroa cuando los ánimos se empezaron a caldear. Sus intervenciones fueron interrumpidas con gritos e insultos «estamos intentando buscar solucións a un problema gravísimo» o «estamos sensibilizados con esta cuestión» fueron algunas de las expresiones que crisparon. En un momento dado, fue el propio Rafael Louzán quien tomó la palabra para remarcar el camino recorrido en el último año y destacar las iniciativas llevadas a cabo por el PP. En cuanto a las quitas, confesó que «non é a solución que queríamos, pero os que lexislan saber mellor ca nós cal é a situación do país. É a menos mala das solucións».
Sus palabras fueron la gota que colmó el vaso. Los afectados fueron un clamor y alguno de ellos trató de acercarse al presidente de la Diputación. Un muro humano de funcionarios de este organismo se lo impidió.
En esas estaban cuando Louzán decidió dar por finalizado el pleno. Instantes antes había intentado sacar adelante una moción genérica de apoyo a los afectados, pero la oposición se lo impidió. No estaban allí para votar de nuevo lo de otras veces. Los populares abandonaron la sala escoltados.