La memoria de Adolfo Suárez anticipa una nueva confrontación entre el gobierno local y la oposición con motivo del pleno de mañana y la propuesta de dedicarle una calle
10 abr 2014 . Actualizado a las 19:47 h.Por unos días, solo unos pocos, el espíritu de la transición encarnado en la figura de Adolfo Suárez fue como un bálsamo en este país de locos. Por unos instantes, el recuerdo de su legado pareció unir a la clase política de este país.
Pero fue solo un espejismo. Ha sido colocar la losa sobre la tumba del matrimonio Suárez-Illana y asistir a la reanudación de la gresca. A todos los niveles. También en Pontevedra.
Curiosamente, la memoria del primer presidente de la democracia ya perfila un nuevo territorio para la confrontación entre el gobierno coaligado y la oposición en el Concello de Pontevedra. El desencadenante, una moción del Partido Popular que se lleva al pleno de mañana lunes que plantea dar el nombre de Adolfo Suárez a una vía pública de esta capital. Y no una cualquiera, sino un vial de importancia como será el desdoblamiento de la actual Avenida de Vigo.
Vínculos locales
En la justificación de motivos de la proposición de los populares, se alega que más allá de la irrefutable trascendencia del ex presidente, hubo, además, diversos vínculos locales entre los que cita que fuera socio del Pontevedra CF y veraneante en la ría de Pontevedra, en el chalet de La Atlántida, cuando aún era propiedad del constructor Raymundo Vázquez.
Al gabinete bipartito no le ha gustado la propuesta de la oposición porque le parece oportunista al ser formulada de modo unilateral, sin previa consulta ni procura de consenso con BNG y PSOE.
Moreira indicó que su intención era buscar ese consenso en los prolegómenos de la sesión para evitar que cualquier debate afease la propuesta.
Pero el asunto ya se ha emponzoñado antes de llegar a tratarse en el escenario del teatro Principal. El BNG tuerce el gesto. Lleva mal este tema. Lores no estuvo acertado hablando de «luces y sombras» en la trayectoria de Suárez en la declaración institucional con motivo del fallecimiento. Tampoco podemos obviar que el jueves, los diputados del Bloque en Madrid impidieron -junto con los de Esquerra Republicana y Amaiur- una declaración institucional del Congreso de la Nación sobre la figura del ex presidente poniendo como pretexto que el texto ensalzaba a la Corona y la modélica transición de España.
Volviendo a Pontevedra, la reacción del alcalde y sus ediles destila un intento de enfriar el asunto. Ponen por delante que debería llevarse a comisión y recuerdan que ahora se prefiere nominar calles con topónimos. Lores incluso rememoró alguna mala experiencia del pasado.No citó caso concreto pero tampoco hay que hacer un gran esfuerzo de memoria para recordar que en su primera legislatura, el BNG se comportó en esta materia como un elefante en una cacharrería.
La vía del consenso
Después de aquello, Lores y los suyos aprendieron que el camino a seguir era el del consenso, el mayor posible para maquillar aquellos excesos iniciales. En esa senda han encontrado, casi siempre, el apoyo del PSOE. Salvo con la denominación Plaza 8 de Marzo, donde se toparon con Tere Casal. Fueron otros tiempos. Precisamente la reacción ahora de Louro y sus compañeros ante la propuesta del PP no abona la esperanza. Más bien parece que el asunto vaya a retorcerse.
El teniente alcalde devaluó la iniciativa del PP, que tildó de «jugar a ver quién llega primero». Pero a diferencia del socio nacionalista, dejó entrever que sí están por un reconocimiento a Suárez que podría articularse de esa u otra forma.
Cuitas políticas
De modo que algo tan simple como dar el nombre de Adolfo Suárez a un espacio público de Pontevedra -y sin coste a diferencia del cambio de Barajas- que para la mayoría de los ciudadanos no ofrecería mayor problema, como ha quedado patente en estos días pasados, probablemente va a ser contaminado por las cuitas de los políticos locales.
Y una consideración más: si hay una rúa Doce de Novembro que nos permite recordar a quienes murieron fusilados por unas ideas, ¿por qué no debería haber una calle que rememore al estadista que puso los cimientos para la reconciliación nacional pilotando la transición desde una dictadura a una democracia, permitiendo la suficiente libertad para honrar a los muertos de cada lado o para discrepar de homenajes al propio Adolfo Suárez?