«En estas dos últimas décadas, se podría decir que he formado parte de A Peregrina»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

MONICA IRAGO

El espada de Chiva resalta el respeto de la afición pontevedresa a los toreros

02 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Está claro que una feria taurina como la de A Peregrina no es lo mismo sin Enrique Ponce (Chiva, Valencia. 1971). De hecho, cuando se le pregunta por el número de veces que puede haber saltado al coso de San Roque, el espada, entre risas, responde con dudas mientras se dirige a Huelva, donde ayer compartía cartel con Iván Fandiño y Talavante: «No, no sé el número exacto. Son veinticinco temporadas las que llevo como matador y creo que en Pontevedra he fallado muy poquito. Por lo menos, quince o dieciséis tardes he tenido que torear en esta plaza. La verdad es que, en estas dos últimas décadas, se podría decir que he formado parte de la feria de A Peregrina».

-Es uno de los toreros más queridos en Pontevedra, ¿esto supone un aliciente o una responsabilidad a mayores?

-Siempre es una responsabilidad. De Pontevedra tengo unos recuerdos muy bonitos. Es una de la plazas de las que siempre guardo un recuerdo agradable de tantos años viniendo y triunfando. Siempre llego con mucha moral y con la responsabilidad de mantener el nivel alto que siempre he mantenido en esta ciudad. Cuando uno torea en una plaza en la que está a gusto tienes más responsabilidad porque lo que quieres es triunfar y dar a la gente lo que espera ver de ti.

-Alguien que lo ha conseguido todo, o prácticamente todo, en el mundo del toreo, ¿qué retos tiene por delante?

-Ante todo, mejorar día a día. Torear es para mi un reto. Lidiar un toro como yo sueño es el reto de cada tarde. Estar a gran nivel, poder encontrarme a gusto con un toro y poder disfrutar del toreo es a lo que aspiro cada día.

-¿Qué se siente al saltar a la arena? ¿Se llega uno a abstraer de las miles de personas que acuden a algunas plazas?

-No, nunca te abstraes de la gente, o por lo menos yo no me abstraigo. Creo que el público forma parte de un triángulo en el que estamos el toro y el torero. Esto es una gran responsabilidad en cada lugar al que voy para no defraudar y para que la gente disfrute con mi lidia. Cuando se sale a la plaza, uno tiene esa presión, ese miedo a enfrentarse a un público que te va a juzgar, que se junta a ese otro miedo al toro, a un animal que te puede matar o hacer mucho daño.

-Habla del público. Al de Pontevedra lo conoce bien, ¿no?

-Sí. Es un público muy bueno, en el sentido de que es muy torerista, al que le gusta ver torear bien. Es una afición muy respetuosa. Y luego está la parte de las peñas que dotan de una personalidad propia a la plaza, unas peñas que son muy respetuosas. Entre toro y toro, arman su barullito, pero cuando el astado sale, respetan mucho y están muy pendientes de lo que ocurre en el ruedo. Es una afición que a mi me gusta mucho y valora mucho el esfuerzo del matador ante el toro.

-¿Cómo le gustaría terminar esta tarde?

-Me encantaría que los toros me permitieran torear como yo lo siento y como espero poder hacer. Siempre voy con mucha moral y, además, Pontevedra es una plaza que me motiva, que me gusta. Deseo que, por lo menos, uno de los toros me embista bien para poder torearlo a gusto. Que sea una gran faena.

Enrique Ponce Torero