
Los ladrones rompieron varias puertas a patadas y revolvieron los despachos
06 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Un caos. Papeles revueltos, cerraduras forzadas, puertas rotas a patadas y todas las oficinas patas arriba. Así se encontraron la casa consistorial ayer los trabajadores municipales y el gobierno de Bueu cuando abrieron el edificio para comenzar su jornada laboral. Los ladrones dejaron su tarjeta de visita en las dependencias del Concello y todo por 73,40 euros y el portátil de la alcaldía. Ese fue el botín que pudieron llevarse. Y es que el Concello no es un banco.
Este martes fue un mal día para los vecinos que tenían prisa por solucionar algún trámite administrativo. No es que los funcionarios no estuviesen en su sitio, que lo estaban, es que nada estaba en su lugar y tardaron varias horas en poner orden. Además, no se pudieron poner manos a la obra en seguida, porque primero hubo que dejar a la policía científica de la Guardia Civil que revisase las dependencias a la búsqueda de pistas y de huellas. Una relativa normalidad regresó a las oficinas a última hora de la mañana, cuando ya más o menos, se recuperó una aparente sensación de normalidad.
El alcalde, el nacionalista Félix Juncal, explicó que los delincuentes entraron por la parte más alejada de la vista de los transeúntes, por el tejado del Museo Massó, colgándose después por una tubería hasta el primer piso del edificio. Una vez allí, abrieron la única ventana corredera de todo el inmueble, en la oficina de la asistenta social. Y este hecho es lo que hace sospechar a Juncal de que los ladrones conocían bien el local, porque esta ventana es un detalle que le pasaría desapercibido a la mayoría de los usuarios de la casa consistorial. Juncal también cree que fueron al menos dos o tres personas, porque un individuo no puede alcanzar la tubería y subir solo.
Una vez en la estancia, lo revolvieron todo. La asistenta enseñaba su armario, forzado. «Es nuevo pero al verlo así parece muy viejo», indicaba. Las dos hojas de metal quedaron retorcidas e inservibles. En la puerta de la oficina se ensañaron, tanto que acabaron rompiendo la parte central, que quedó apoyada en una de las sillas de espera.
Abrieron la caja de Tesorería
Los delincuentes se repartieron por el inmueble, rompiendo cerraduras, y cuando no lo lograban, usando las patadas como en la alcaldía y en secretaría. En el despacho del regidor, que revolvieron, encontraron un portátil, el único del Concello, y lo sustrajeron. Juncal indicó que no contenía nada especial.
Aunque entraron en todas las dependencias, parece que no faltaba ningún documento. Los expedientes de Urbanismo, Secretaría e Intervención estaban aparentemente en su lugar, pero aquí no había nada de valor. En Tesorería forzaron la caja fuerte, pero si buscaban las minas de Benito Soto, se llevaron una decepción. Solo había 73,40 euros, correspondientes a la venta de impresos oficiales.
Los ladrones, un poco patosos, no acertaron con abrir el picaporte de la puerta principal del Concello para escapar. Eso sí, destrozaron la cerradura, lo que hizo que no se pudiese entrar desde fuera y para escapar, saltaron por una ventana del bajo.