Venció con claridad a un Teucro que solo había perdido un partido
23 feb 2015 . Actualizado a las 05:05 h.El Teucro llegó a Navia revestido del aura que acompaña a los líderes. Solo había perdido un partido en todo el campeonato, estaba jugando un balonmano de alto nivel y dispone de un fondo de banquillo que otros querrían. Sin embargo, el Octavio se olvidó de todos los condicionantes y tiró de desparpajo y de lucha sin cuartel para convertirse en el vencedor del derbi gallego de División de Honor Plata.
A los vigueses les costó el arranque del partido. El Teucro encontró vías por las que penetrar en ataque y fue tomando ligeras ventajas que a los ocho minutos ya se habían convertido en un 3-6 peligroso. Jabato, que se reencontraba con su maestro Quique Domínguez, pero esta vez de igual a igual, decidió llamar a filas a los suyos y sus instrucciones, aunque tardaron, surtieron efecto. El partido se marchó al descanso con tablas a 16 y todo por decidir para el segundo acto.
Las dos exclusiones que vieron los teucristas a la vuelta de vestuarios permitieron al Octavio tomar distancia, pero cuando parecía que podían romper el partido, el Teucro apretó en defensa e igualó de nuevo la contienda (27-27).
Con todo por decidir en la recta final, Jabato tomó la palabra, cambió la defensa, y arropados por las paradas de Lloria, el Octavio se disparó de nuevo. Entró en los últimos cinco minutos con cuatro goles de rédito que el Teucro, ni parando el tiempo ni moviendo el banquillo, fue capaz de revertir. Los dos puntos se quedaban en casa de un Octavio al que nadie supera en empeño.